El economista Tulio Cecconi dijo en Otrosambitos (Pop Radio 96,1) que en 2008, hasta el tercer trimestre, la demanda crece casi dos puntos porcentuales por encima de la oferta interna para 2009, dado el deterioro de los tírminos de intercambio, la brecha entre oferta y demanda debería cerrarse a inversión comienza a perder participación en tírminos del PIB, lo que dificulta la expansión futura de la oferta.
Luego de 5 años de incremento vigoroso de la producción, en 2008 se comenzaron a observar señales de agotamiento en las fuentes de crecimiento. La demanda estuvo creciendo por encima de la capacidad productiva y este desfasaje pudo extenderse en el tiempo por el financiamiento aportado por la constante suba de los precios de exportación. Este escenario cambia radicalmente desde mediados de año y ahora, de cara a 2009, la economía argentina se enfrenta al desafío de lograr una convergencia entre oferta y demanda sometida a la fuerte presión del sinceramiento de un superávit comercial que sólo se sostenía en los elevados tírminos de intercambio. Estas dificultades se comienzan a exteriorizar en las cifras de Cuentas Nacionales pero con algún rezago. En tírminos estadísticos, cada uno de los últimos años comenzó con un fuerte "arrastre" que le "garantizaba" una variación positiva de más de 3% aún con crecimiento 0%. En cambio, el arrastre estadístico para 2009 será marginal. En ese contexto, aún escenarios de modesto crecimiento del orden del 2% serán de difícil cumplimiento, ya que exigen una recuperación de la economía internacional visible a partir del segundo semestre y acertadas medidas de política económica en el plano local.
En los primeros tres trimestres de 2008 se observó una desaceleración de casi 1,3 puntos porcentuales con respecto a la tasa observada en 2007. Observando cada componente de la demanda:
– El consumo privado gana participación al crecer por encima del promedio del PIB en 2007 y 2008 mientras que la Inversión Bruta Interna Fija (IBIF) desacelera fuertemente.
– El consumo público mantiene una política ligeramente anticíclica al crecer por debajo del promedio durante los primeros dos períodos. Debemos recordar que el consumo público se compone sólo de los insumos que utiliza y el empleo público.
– Las exportaciones fueron un motor importante del crecimiento en los primeros dos períodos para luego perder participación en 2008. Por otro lado, las cantidades importadas crecen fuertemente por encima de las exportaciones y no desaceleran al mismo ritmo que estas últimas.
En esencia, la economía no mostró, hasta el tercer trimestre, señales de ajuste ya que mientras la demanda interna se expandía al 9,2% la oferta interna lo hacía al 7,4% interanual. Para que el ajuste que la economía necesita se realice de modo positivo, el requisito es que la variación de la oferta alcance el dinamismo de la demanda y esto, a su vez, depende principalmente de la marcha de la inversión.
El importante crecimiento de la inversión logró que en pocos años la participación alcanzara un 24,6% del PIB a precios corrientes en el acumulado 4 trimestres hasta el primer trimestre de 2008. Desde ese entonces, la inversión ha mostrado una tasa de variación inferior a la registrada por el PIB en su conjunto, perdiendo participación hasta casi 24% en el acumulado hasta el tercer trimestre. A precios constantes la participación de la inversión en el PIB registra su máximo de 23,6% en el acumulado 4 trimestres hasta el tercer trimestre de 2008. Esta divergencia se explica por la diferencia en la inflación de cada componente de la demanda. Aunque a precios constantes (o sea, en cantidades) la inversión crecía a mayor velocidad que el PIB, sus precios lo hacían por debajo (19,1% anual en el PIB contra 11,2% de la inversión).
Existen 3 componentes principales de la IBIF que suma 236 mil millones de pesos corrientes de valor agregado. En primer lugar se encuentra el producto dedicado a la construcción que representa casi el 14,8% del PIB y 61% del total invertido. En segundo lugar, la inversión en equipo durable importado suma 5,7% del PIB y representa un 24% de la inversión. Por último, las compras de equipo durable nacional totalizan 3,5% del PIB y 15% del total. Este último componente puede a su vez ser dividido en aquellas compras dedicadas a maquinaria y equipo nacional (que suman 2,3% del PIB) y material de transporte (1,2%).
¿Quí mecanismos de ajuste existen si el crecimiento de la oferta supera a la demanda?
Desde 2005 comienza a observarse un fenómeno preocupante: la demanda comenzó a crecer por encima de la oferta de manera persistente. En los primeros años, la mayor disponibilidad de recursos ociosos (tanto de capital como de trabajo) posibilitó que la oferta creciese a tasas cercanas a la de la demanda mientras que el remanente era suplido por un excedente comercial que mostraba altos valores dada la brutal caída de las importaciones en 2002. Desde ese entonces, se observaron estímulos a favor de la demanda y en detrimento de la oferta que lograron mantener la tasa de variación de la demanda por encima del 9% desde el tercer trimestre de 2003 en el acumulado 4 trimestres. Sin embargo, la insuficiente inversión en empleabilidad, capital físico y capital humano causó la desaceleración de la oferta interna que complica de diversas maneras, tanto por el lado de la generación de trabajo, la competitividad y la disponibilidad de un saldo exportable para financiar la necesidad de divisas tanto pública como privada.
Uno de los mecanismos de ajuste de este fenómeno es la reducción del saldo exportable. A dólares corrientes, sin embargo, este fenómeno no se observa ya que en el mismo período se observó una notable mejora de los tírminos de intercambio que posibilitó la compra de una mayor cantidad de productos importados con la misma cantidad de exportaciones. En el siguiente gráfico se observa este fenómeno; por un lado el saldo comercial en dólares se mantiene cercano a los 10.000 millones de dólares corrientes y registra un salto hasta los 14.000 en el acumulado 4 trimestres hasta el tercer trimestre de 2008. Sin embargo, si se mantuviesen los tírminos de intercambio de 1993 el saldo comercial no sólo no sería tan abundante sino que presentaría el signo opuesto. Como notamos en anteriores informes, los tírminos de intercambio se han deteriorado en los últimos meses. Este nuevo escenario plantea serias dificultades para un país necesitado de mantener un superávit comercial no sólo para suplir de divisas a un gobierno que debe cumplir con numerosos vencimientos de capital en los próximos años sino para financiar la fuga de capitales privada (ver aparte). De esta manera, observamos que el fenómeno se retroalimenta: las expectativas pesimistas erosionan la liquidez y las decisiones de consumo e inversión; esto conlleva a un sobreajuste recesivo para lograr el excedente comercial precisado por la fuga de capitales; la caída en el nivel de actividad disminuye la recaudación lo que aumenta los temores sobre nuevos cambios de las reglas de juego. En este sentido, se puede escapar del circulo vicioso logrando compromisos que estabilicen las expectativas de consumidores e inversores tanto en tírminos de nivel de actividad como de variables macroeconómicas clave: el tipo de cambio y el salario real.
¿En que sectores se apalanca el actual crecimiento?
Luego de la devaluación de 2002, los primeros sectores que reaccionaron al nuevo escenario fueron los de bienes que en su mayoría se compone de sectores transables. Éstos pudieron aprovecharse de la nueva paridad del peso para competir exitosamente en el exterior logrando flujo de caja e incrementos de la producción y el empleo, tres pilares necesarios para la recuperación. Luego de este boom, el efecto "derrame" se extendió a los otros sectores de la economía y, así, entre 2005 y 2007 no se apreciaron grandes diferencias en la variación de los dos bloques. Sin embargo
Fuente: otrosambitos.com.ar