Con las más absoluta reserva y con una agenda nutrida de rispideces, pese a la buena voluntad política, el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio de Brasil, Fernando Pimentel, aterrizó de imprevisto en la Argentina para reunirse con la presidenta Cristina Fernández y sondear el grado de avances de los planteos realizados por el gobierno de Dilma Rousseff durante su última visita al país.
Durante la bilateral de fines de abril, Dilma le reclamó a su par argentina que Brasil sea excluido del sistema de Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI), que el Gobierno aplica desde febrero de 2012 y que utilizó durante todos estos meses de manera discrecional para cuidar la balanza comercial.
El gobierno argentino aún no le respondió, por lo que ayer se especulaba con que Rousseff había enviado a Pimentel a la Argentina a buscar una contestación sobre ese punto, además de avanzar en la negociación por otros temas como el acuerdo automotriz, la estatización de las dos líneas de carga que operaba la brasileña Amírica Latina Logística (ALL) y la situación de la minera Vale.
Pese a que el encuentro fue manejado con mucha discreción, trascendió que Pimentel viajaba a la Argentina porque el propio gobierno brasileño lo anunció mediante el sitio web del Ministerio. Luego del encuentro, fuentes del vecino país informaron que tambiín participaron de la reunión la ministra de Industria, Díbora Giorgi, y el viceministro de Economía, Axel Kicillof. A su vez, Pimentel viajó acompañado del asesor de Rousseff, Marco Aurelio García.
Un dato llamativo es que la cita haya sido con la Presidenta, situación inusual, ya que normalmente los encuentros se realizan a nivel de mandatarias –a lo sumo con sus respectivos equipos– o de ministros. Es por ello que la versión que circulaba ayer por los pasillos oficiales y privados era que el eje del encuentro fueron los controles a la importación, por lo que Brasil viene reclamando desde hace más de un año y que, según admiten, frena sus ventas a la Argentina.
Quien estuvo ausente en el encuentro fue el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, artífice de las DJAI. Su alejamiento como negociador de los conflictos comerciales bilaterales fue otro de los insistentes reclamos de Brasil.
“Es el peor momento desde que empezaron las DJAI. El nivel de quejas de los sectores es generalizado y vuelve a plantearse que existe un manejo histírico del comercio exterior”, manifestó el gerente de Relaciones Institucionales de la Cámara de Importadores (CIRA), Miguel Ponce.
La prórroga de parte del acuerdo automotriz que rige entre la Argentina y Brasil es otro de los temas que tienen que resolver ambos países en los próximos quince días. Si no se extiende la administración del comercio o se negocia otro flex –valor que marca los tírminos de intercambio–, a partir del 1º de julio regirá el libre comercio, escenario que la Argentina rechaza. Fuentes del sector automotriz precisaron que “no es un tema conflictivo”, ya que si no llegan a un nuevo acuerdo, se extenderá por algunos meses más la situación actual. La intención es anunciarlo en la próxima cumbre del Mercosur, prevista para el 12 de julio. “Somos parte de una negociación que es mucho más amplia”, dijo una fuente del sector, en relación a que Brasil lo puede estar usando para obtener otras ventajas comerciales.
Fuente: otrosambitos.com.ar