Más de un millón de jóvenes participaron en el Vía Crucis de la JMJ de Río de Janeiro, el primero presidido por el papa Francisco, quien en un fuerte discurso dijo que Jesús se une a los muchos jóvenes que han perdido su confianza en los políticos y en los cristianos incoherentes.
"Con la Cruz, Jesús se une a los muchos jóvenes que han perdido su confianza en las instituciones políticas porque ven egoísmo y corrupción, o que han perdido su fe en la Iglesia, e incluso en Dios, por la incoherencia de los cristianos y de los ministros del Evangelio", afirmó el papa.
Francisco invitó a los muchachos a ser valientes y a ir contracorriente y recordó que al contrario que Pilato, que se lavó las manos, la Cruz enseña a ser como el Cireneo, que ayudó a Jesús a llevar aquel madero pesado, como María y las otras mujeres, que no tuvieron miedo de acompañar a Jesús hasta el final, con amor, con ternura.
"Y tú, ¿como quiín eres? ¿Como Pilato, como el Cireneo, como María?", preguntó el papa, que insistió en que tienen que ser valientes, como Jesús.
Francisco subrayó que Jesús, con su Cruz, recorre nuestras calles "para cargar con nuestros miedos, nuestros problemas, nuestros sufrimientos, tambiín los más profundos y se une al silencio de las víctimas de la violencia, que no pueden ya gritar, sobre todo los inocentes y los indefensos".
"Con la Cruz, Jesús se une a las familias que se encuentran en dificultad, que lloran la pírdida de sus hijos, o que sufren al verlos víctimas de paraísos artificiales como la droga, con ella, Jesús se une a todas las personas que sufren hambre en un mundo que se permite el lujo de tirar cada día toneladas de alimentos".
El Obispo de Roma añadió que con la cruz Jesús se une a quien es perseguido por su religión, por sus ideas, o simplemente por el color de su piel.
Francisco manifestó que en la Cruz de Cristo está el sufrimiento, el pecado del hombre, pero que Él acoge a todos con los brazos y abiertos "y nos dice: ¡animo!, no la llevas tú solo, yo la llevo contigo, he vencido a la muerte y he venido a darte esperanza, a darte vida".
Francisco preguntó ¿quí ha dejado la Cruz en cada uno de los hombres? y respondió que deja un bien que "nadie más nos puede dar: la certeza del amor indefectible de Dios por nosotros".
El papa Bergoglio aseguró que en la Cruz está todo el amor de Dios, su inmensa misericordia, "un amor del que podemos fiarnos, en el que podemos creer".
"Queridos jóvenes, fiímonos de Jesús, confiemos totalmente en Él. Sólo en Cristo muerto y resucitado encontramos salvación y redención. Con Él, el mal, el sufrimiento y la muerte no tienen la última palabra, porque Él nos da esperanza y vida: ha transformado la Cruz de instrumento de odio, de derrota, de muerte, en signo de amor, de victoria y de vida", afirmó con vehemencia.
Francisco dijo a los jóvenes que la Cruz enseña a mirar siempre al otro con misericordia y amor, sobre todo a quien sufre, a quien tiene necesidad de ayuda, a quien espera una palabra, un gesto, y a salir de nosotros mismos.
El Vía Crucis, uno de los momentos más sugestivos de las JMJ discurrió por el paseo marítimo de la playa de Copacabana. Los jóvenes, procedentes de 190 países, acogieron al papa como una estrella del pop, entre cánticos, vivas y palmas.
El pontífice recorrió en el papamóvil todo el paseo marítimo de Copacabana, de cuatro kilómetros de largo, seguido por decenas de miles de jóvenes, muchos de ellos corriendo por la arena, mientras que varios helicópteros sobrevolaban la zona y varios barcos de guerra recorren la aguas de Copacabana.
La "Cruz de los Jóvenes", como se conoce a la cruz de madera que Juan Pablo II entregó a los muchachos del mundo en 1984 para que la llevaran por todo el planeta abrió el Vía Crucis y fue llevada a hombros por una veintena de muchachos y escoltada por una guardia de honor a cada una de las 14 estaciones, la última en el palco desde el que el papa presidió el rito.
Unos 700 entre artistas y jóvenes voluntarios de Brasil, Puerto Rico, Míxico, Argentina, Alemania y EE.UU. evocaron a travís de las 14 estaciones los sufrimientos de Cristo y los males que afligen a la sociedad moderna.
El amor, la vida, las enfermedades, la cárcel, las drogas, los medios de comunicación modernos y la religiosidad son algunos de los temas presentes en la representación, en la que los 280 jóvenes harán referencia a las misiones, la conversión, las madres jóvenes, la defensa de la vida, la vida de las parejas, las mujeres que sufren, los estudiantes y las enfermedades.
Treinta y cinco "cartoneros" argentinos asistieron en el palco junto al papa Francisco al Vía Crucis, invitados por el pontífice.
Fuente: otrosambitos.com.ar