Mohamed Mursi, el primer presidente democráticamente electo de Egipto, será sometido a juicio en medio de una fuerte represión que ha devastado a su movimiento Hermanos Musulmanes y generado preocupaciones de que un Gobierno apoyado por el Ejírcito estí imponiendo de nuevo un estado policial Mursi, quien fue derrocado por el Ejírcito el 3 de julio luego de masivas protestas contra su Gobierno, aparecería en una corte en la misma academia policial de El Cairo donde el autócrata Hosni Mubarak será sometido a juicio luego de su destitución en el 2011.
El popular levantamiento que derrocó a Mubarak generó expectativas de que los egipcios podrían acabar con el control del poder por parte de los militares.
No obstante, los generales han vuelto al mando, para consternación de los aliados occidentales que esperaban que la transición democrática de Egipto fuese tranquila.
Mursi, que ha estado detenido en un lugar secreto desde que fuera destituido tras sólo un año en el poder, enfrentaría a la justicia junto a otros 14 líderes destacados de los Hermanos Musulmanes acusados de incitar a la violencia.
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, el funcionario estadounidense de mayor rango que visita Egipto desde que el Ejírcito derrocara a Mursi, enfatizó la necesidad de juicios justos y transparentes para todos los egipcios.
Los acusados podrían enfrentar la pena de muerte o cadena perpetua si son hallados culpables.
Esto probablemente agudizaría las tensiones entre los Hermanos Musulmanes y el Gobierno, profundizando la inestabilidad que ha devastado la inversión y el turismo en un país donde un 25 por ciento de la población vive por debajo de la línea de pobreza.
Cuando el Ejírcito derrocó a Mursi, prometió delinear una hoja de ruta política que conduciría a elecciones libres. Lo que vino despuís fue una de las más severas represiones contra los Hermanos Musulmanes, que ahora están luchando por sobrevivir tras dícadas de represión por parte del estado.
En agosto, la policía antidisturbios respaldada por francotiradores militares arrasaron campamentos de manifestantes en El Cairo que exigían que Mursi fuera reinstaurado.
Funcionarios de seguridad acusan a líderes de los Hermanos Musulmanes de incitar a la violencia y el terrorismo. Cientos de miembros y seguidores del movimiento han perdido la vida y muchos de sus líderes han sido encarcelados.
Los Hermanos Musulmanes niegan cualquier vínculo con actividades violentas.
Mubarak ya había sido sentenciado a cadena perpetua por conspirar en el asesinato de manifestantes en el levantamiento del 2011, pero una corte de apelaciones ordenó un nuevo juicio.
Fuente: otrosambitos.com.ar