La reunión de la UIA en Cardales fue el marco para el primer encuentro o cruce (por su tono ocasional) entre el jefe de Gabinete y el más alto representante de EEUU en el país. Kevin Sullivan, quien se encuentra interinamente a cargo de la embajada de Estados Unidos en la Argentina, coincidió con Jorge Capitanich en el backstage del evento anual de los industriales.
El encuentro fue breve y de tono informal pero dejó definiciones contundentes. Durante el diálogo Sullivan, calificó como "un gran paso" los últimos acuerdos de la Argentina ante el CIADI, en los que el país se comprometió a pagar una deuda de más de u$s 600 millones con cinco empresas estadounidenses a cambio de poner fin a los juicios iniciados.
Justamente estos litigios eran el gran escollo en la relación entre ambos países. El acuerdo comprende a cuatro empresas que accionaron judicialmente contra el país ante ese tribunal dependiente del Banco Mundial (Azurix, CMS Gas, Continental Casualty y Vivendi), y una quinta (National Grid) que acudió a los tribunales de Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI-UNCITRAL). Hasta hace poco menos de dos meses la Argentina exigía a esas empresas que, más allá de los fallos favorables que habían obtenido en el CIADI, pasen por la justicia local para cobrar lo que había puesto las relaciones en el freezer.
Las declaraciones son las primeras que hace un funcionario norteamericano a uno argentino cara a cara desde esa decisión y tienden a descongelar la relación. De hecho, en Washington se especula desde hace algunos días, que ese acuerdo podría destrabar varios escollos comerciales. El primero sería que el país volvería a ser incluido en el Sistema General de Preferencias (SGP), con aranceles diferenciales para algunas exportaciones argentinas a ese mercado. La Argentina perdió ese beneficio a comienzos de 2012. Justamente, uno de las obsesiones de Capitanich es hacer crecer las exportaciones y ganar nuevos mercados para mejorar el saldo de la balanza comercial.
Tambiín podría destrabar algunos críditos aunque en ese plano hay otro factor que influye: la falta de acuerdo por la deuda con el Club de París. Desde hace tiempo Estados Unidos y otros países europeos vienen votando en contra de otorgarle nuevos críditos (para financiar obras y exportaciones) al país hasta que no se abra una mesa de diálogo para hacer frente a esa deuda que ronda los u$s 9.000 millones.
Sullivan, resaltó, además el preacuerdo con la petrolera española Repsol para el pago de una compensación por la expropiación del 51% del paquete accionario de YPF en un monto no cercano a los u$s 5.000 millones. Y aseguró que "hay un marco de confianza con la Argentina" al tiempo que abogó por "continuar trabajando muy de cerca para beneficio de los dos países".
Sullivan está a cargo de la sede diplomática en Buenos Aires desde que dejó su lugar la embajadora Vilma Socorro Martínez, y hasta que asuma Noah Namet, quien fue propuesto por el gobierno de Barack Obama para el cargo.
Además, las declaraciones sirven como distensión luego de que Capitanich saliera al cruce de una nota publicada por un matutino porteño, en la que se afirmaba que Washnigton estaba "preocupado" por el nivel de reservas de la Argentina. "A mí me preocupa el nivel de deuda de EEUU y que ha triplicado su base monetaria", había replicado el lunes el jefe de Gabinete.
Fuente: otrosambitos.com.ar