En medio de renovados reclamos de empresas y aliados para bajar el impuesto a los autos de alta gama, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, denunció una "presión sistemática" de las automotrices que ponen "en vilo la estabilidad de los trabajadores".
Durante su conferencia de prensa matutina, Capitanich se refirió a los conflictos cruzados dentro de la industria automotriz, que a esta altura se convirtió en el terreno de disputa económica y política de este año de restricciones económicas.
Con la fuerte caída de la exportación a Brasil y del mercado interno, las terminales automotrices pusieron en marcha programas de suspensiones de personal, para ajustar su nivel de producción a la nueva realidad. Estos ajustes contrastan con un año, 2013, que fue uno de los más fuertes de la dícada tanto en venta como en producción. Estos recortes se difundieron por el sector autopartista, donde se registraron despidos.
En el campo laboral se desplegó una de las más feroces disputas del momento, con el caso de la autopartista Gestamp como testigo. La empresa suspendió personal y, frente a las protestas, despidió a más de 60 personas. Los trabajadores, apoyados por comisiones internas y partidos de izquierda, ocuparon la planta, lo cual motivó la reacción del sindicato de mecánicos (Smata), la empresa y el gobierno nacional, que se pronunciaron a favor de desalojar a los obreros.
El gobernador Daniel Scioli, cuya administración tiene jurisdicción sobre el tema ya que la planta está en Escobar, resistió el desalojo y dictó la conciliación obligatoria. Ayer defendió su actitud, frente a las críticas del gobierno nacional. Dijo que "con su estilo" logró solucionar el conflicto "con diálogo y sin violencia".
Pero en forma insólita, anoche revocó la conciliación obligatoria y declaró al conflicto como pluripersonal. La excusa fue que los despedidos "no están sindicalizados". De esa forma, las partes seguirán negociando pero la firma no está obligada a dejar entrar a los empleados en el período de conciliación.
La autopartista española retomó la distribución de piezas a las terminales pero no dejó entrar a los trabajadores. Esa postura agudizó el enfrentamiento entre el jefe de Smata, Ricardo Pignanelli, y el dirigente del Partido Obrero, Nístor Pitrola, que respalda a los trabajadores de la planta.
Pitrola acusó a Pignanelli de burócrata y el titular de Smata le dijo "hijo de puta" al diputado.
Ambos coincidieron en pedir al gobierno nacional medidas para evitar que las terminales echen obreros. Las empresas reclaman que el Estado ponga en caja a sus comisiones internas pero tambiín le exigen que reduzca el impuesto a los autos de alta gama. Resisten, en cambio, el reclamo oficial para que bajen los precios de la autos.
Mientras, buscan un nuevo acuerdo comercial con Brasil, donde radica buena parte de los males de las automotrices locales.
El lunes, hubo "avances significativos" en ese respecto, según dijo el jefe de Gabinete.
Lebac y Nobac
El Banco Central mantuvo la tasa de rendimiento para Lebac y Nobac en la licitación celebrada ayer y absorbió 4.620 millones de pesos. Con este resultado, el total de pesos absorbidos por la entidad asciende ahora a 85.740 millones de pesos.
Fuente: otrosambitos.com.ar