Los actos conmemorativos por el 70º aniversario del desembarco de los aliados en Francia comenzaron ayer con diversas ceremonias en memoria de la gesta y de las víctimas, aunque opacados por las tensiones entre los países occidentales con Rusia por la crisis en Ucrania. Coronas, desfiles y paracaidistas honraron el mayor ataque anfibio de la historia el 6 de julio de 1944, en la Segunda Guerra Mundial, cuando 130.000 soldados estadounidenses, británicos y canadienses desembarcaron para enfrentar a las fuerzas alemanas, propiciando su derrota y el advenimiento de la paz en Europa.
El anfitrión, el presidente de Francia, François Hollande; y el de Estados Unidos, Barack Obama, honraron en el cementerio de Coleville-sur-Mer a los 4.400 soldados caídos el mismo Día D en los encarnizados combates con las tropas de la Alemania nazi tras el desembarco en la cercana playa de Omaha. "Les estamos agradecidos por siempre!", dijo Obama a los veteranos de guerra presentes en el homenaje, muchos de ellos de más de 90 años y en sillas de ruedas. Los soldados de entonces allanaron el camino para la democracia y la libertad en todo el mundo, aseguró. Estados Unidos defendió sus ansias de libertad, igualdad y democracia, "una reivindicación escrita con sangre en estas playas" y que durará toda la eternidad, añadió el presidente.
Las calles normandas aparecieron hace una semana adornadas con flores y banderas. Miles de personas salieron a la calle para ver pasar las delegaciones de los aliados. En los bordes de las pequeños caminos y con el marco de un clima festivo, los normandos improvisaron picnics con productos locales, desde quesos Camembert o Pont L’Eveque a embutidos, acompañado por sidras o champagne.
Bases democráticas. Obama describió las playas de Normandía como las bases de la democracia. "De Europa occidental al este, de Sudamírica al sudeste de Asia, se extendieron 70 años de movimientos democráticos", señaló. "Y nada de eso hubiese ocurrido sin los hombres que estuvieron dispuestos a sacrificar sus vidas", por lo que manifestó sentirse muy "humilde" ante los veteranos. Tambiín recordó que su país no se aprovechó de su victoria en Europa, sino que ayudó a reconstruir el continente.
A su vez, Hollande agradeció los sacrificios de los soldados estadounidenses y afirmó que la amistad entre ambas naciones "afirma la fortaleza de los derechos humanos ante el odio y la tiranía". Ambos países siguen luchando juntos hoy tambiín contra el fundamentalismo, el terrorismo y el racismo, añadió Hollande, que habló de un cariño especial de los franceses por su aliado transatlántico, que se combina con el amor de ambos países por la libertad. Hollande recibió a los mandatarios en el castillo Benouville, un símbolo de la resistencia francesa, en un evento en el que estuvo presente la reina Isabel II de Inglaterra.
La mañana comenzó con un acto en el que Hollande inauguró un monumento a las víctimas civiles del desembarco en Caen. Es la primera vez que se erige un recordatorio propio a los cerca de 20.000 franceses que murieron por los bombardeos aíreos de los aliados durante el Día D y las semanas que siguieron. "Estos bellos paisajes que vemos hoy intactos fueron el escenario de fieros y caóticos combates de la batalla de Normandía", dijo Hollande. "Aquí chocaron dos millones de soldados, en medio de un millón de civiles que estuvieron aterrorizados durante semanas. Se forjó un vínculo persistente entre los normandos y los soldados, un vínculo que durante 70 años ha unido a este pedazo de tierra en Francia, Normandía, con todos los países del mundo", afirmó el mandatario.
Hollande indicó que la reunión de ayer de líderes mundiales debería ayudar a la paz y "allí donde está amenazada, a encontrar soluciones y vías de salida para que el conflicto no degenere en guerra". Sin embargo, no mencionó específicamente a Ucrania.
Cien mil muertos. En Normandía desembarcaron unos 130.000 soldados. La batalla provocó cerca de 37.000 muertos en el bando aliado y entre 50.000 y 60.000 alemanes. La mayoría de los ex combatientes presentes ayer en los actos ya tiene más de 90 años, por lo que para muchos ayer fue probablemente la última vez que pisaron la arena de las playas cuyos nombres en código eran Utah, Omaha, Sword, Juno y Gold. "A mi edad, la vida puede volverse un poco aburrida, entonces hay que saltar sobre las ocasiones para revivir emociones", dijo Jock Hutton, de 89 años, tras volver a tirarse (esta vez en tándem) en paracaídas sobre Normandía, como lo hizo 70 años atrás. Un apretón de manos de dos soldados amigos, un alemán y un francís, dio el punto final a las ceremonias.
Fuente: otrosambitos.com.ar