Tras la clausura por ruidos molestos del bar Olimpo (Mendoza y Corrientes), una decena de locales del rubro irá hoy a la comisión de Gobierno del Concejo para debatir una modificación a las ordenanzas vigentes con la idea de promover una norma específica que regule los espacios con actividades culturales. "Quedamos en un marco de legalidad difusa, ya que debemos acomodarnos a figuras legales que poco tienen que ver con lo que desarrollamos", expresaron ayer sus referentes.
El cierre por 20 días del bar en el que se entremezclan recitales, obras de teatro y danza aceleró la discusión entre los responsables de locales donde, noche a noche, circula la movida cultural rosarina.
"Nuestro planteo tiene que ver con que la discusión de la noche rosarina, que hoy incluye a bolicheros y dueños de bares, deja afuera a los espacios culturales que abundan en la ciudad", plantearon los referentes del Olimpo, La Chamuyera, El Espiral, Pichangu, La Muestra, Distrito Sie7e, Kika, Bienvenida Casandra, La Peruta y La Trunca.
Agrupados en el Ecur (Espacios Culturales Unidos de Rosario), cerraron filas sobre lo ocurrido el jueves pasado en Mendoza y Corrientes. En el sector cuestionaron el accionar de los inspectores de la Secretaría de Control y la Convivencia municipal, "en este caso amparados en una medición de decibeles máximos permitidos que vienen siendo discutidos por profesionales en la materia, ya que lo decibeles de ruido de la ciudad actualmente son más elevados que los de 1972, cuando se legisló al respecto".
La medición de ruidos que justificó la clausura del Olimpo fue el 26 de abril, a las 0.30. "Se aceptan hasta 70 decibeles en sonido ambiente, lo que deja en claro que la normativa está caduca. Además, la persona que esta siendo controlada debería estar al tanto. Yo no me enterí y, al no poder constatar, queda la sospecha de si el procedimiento se realizó y en el marco de la reglamentación", indicó a La Capital el responsable del bar, Pablo Teglia.
Por eso, el Ecur irá al Concejo para dejar asentada su necesidad de impulsar una nueva normativa que regule la actividad. "Queremos trabajar y no sufrir clausuras. En un marco de seguridad y tranquilidad, porque es feo tener miedo de que te cierren por tecnicismos que no se ajustan a la realidad", ahondó Teglia".
Frente al efecto de la faja de clausura (se perderán unas doce fechas con eventos culturales), el resto de los bares está organizando una movida solidaria para el sábado con el fin de recaudar fondos para el Olimpo. "No creemos en la persecución de la Municipalidad. Sí que la normativa está desactualizada y queremos que nos contenga a todos", indicaron.
A su turno, Pablo Seghezzo, titular de Control y Convivencia, rechazó las críticas a la normativa y dijo que, "si bien existe un principio de acuerdo para trabajar en una nueva regulación, hoy rige una ordenanza de espectáculos públicos que hay que cumplir porque garantiza condiciones de recreación seguras".
"La norma exige requisitos aplicables a todos los rubros que no se pueden obviar porque son elementales para garantizar una recreación segura y en convivencia con los vecinos de los locales", agregó el funcionario.
Respecto del Olimpo, Seghezzo enfatizó: "La primera falta que se constató fue su funcionamiento sin habilitación municipal, por lo que le imputamos un cese de actividad. Además, una vez obtenido el permiso correspondiente se comprobó, tras el reclamo de vecinos, que superaba los niveles de ruido permitidos".
A su turno, el presidente de la comisión de Gobierno, el radical Jorge Boasso, advirtió que "no espanta la apertura de rubros en la medida en que se establezca un punto justo de aquellos que se quieren divertir con el resto de los vecinos que no quieren ser molestados".
El vicepresidente de la comisión, Rodrigo López Molina (PRO), fue tajante: "No habría problema en promover una norma que fomente los bares culturales, pero dentro de una ordenanza general va a contramano de la simplificación de rubros, necesaria para facilitar el control".
Fuente: otrosambitos.com.ar