A las 15:15 de Argentina se realizará la ceremonia inaugural en el Arena Corinthians, en San Pablo.
Los conflictos se apaciguan, los estudiantes cierran los libros, las rencillas familiares se postergan, los pueblos se unen, los gobernantes respiran: este jueves comienza el Mundial Brasil-2014, el mayor evento a escala global.
Salvo en el país anfitrión, que acumula tensiones de sectores sociales indignados por la alta factura del Mundial estimada en 11.000 millones de dólares y el temor contenido a nivel deportivo por otro Maracanzo 64 años despuís, que hasta podría ser un mazazo a la dignidad nacional.
Brasil rompe el fuego con Croacia con el peso de iniciar el camino hacia la sexta corona, la primera en casa, y sin opciones: lo único que vale sí o sí es levantar la Copa en Maracaná el 13 de julio.
El Arena Corinthians de San Pablo, símbolo de los atrasos en las obras del Mundial, albergará el jueves a unas 60.000 personas y 12 jefes de Estado en la ceremonia inaugural, mientras cientos de millones de personas en el mundo la seguirán por televisión, para quienes la vida estará dedicada casi exclusivamente al fútbol durante un mes.
Jennifer Lopez, Pitbull y Claudia Leitte y unos 660 bailarines animarán la fiesta, que despuís deberán completar Neymar y sus compañeros en el campo de juego, aunque el partido ante Croacia para nada puede ser anunciado como un baile.
Lejos de las celebraciones y afuera del estadio, manifestantes antiCopa tienen previsto movilizarse en esa megaurbe y otras ciudades brasileñas para volver a repudiar lo que consideran excesivos gastos del Mundial, en contraste con las deficiencias en salud y educación, en una jornada en la que cientos de millones de personas tienen posada su mirada en el gigante latinoamericano.
En cambio, en una decisión que hizo respirar de alivio a las autoridades, los trabajadores del metro de Sao Paulo, resolvieron no reanudar una huelga que por varios días paralizó un servicio que moviliza a 4,5 millones de personas diariamente.
“Llegó la hora y estamos todos juntos. Es nuestro Mundial”, expresó el seleccionador brasileño Luiz Felipe Scolari la víspera del juego, al reiterar su desbordante optimismo que parece haber contagiado a sus discípulos e intenta llegar a todos sus compatriotas.
Con un discurso casi calcado, Neymar, la superestrella verdeamarilla de 22 años, enfatizó: “Llegó la hora, llegó el momento que todos los brasileños, creo que el mundo, esperaba”.
Pero hay varios candidatos que se apuntan para aguarle la fiesta al anfitrión y adicionalmente quitarle a Amírica Latina el invicto en cinco Mundiales en la región, como Alemania o España, el vigente campeón, aunque mucho peor aún si fueran otros dos combinados como Argentina y Uruguay, que podrían hasta mancillar la dignidad brasileña.
Si Lionel Messi levantara la Copa en un mes o si el festejo les tocara a los uruguayos de Luis Suárez, no habrá afrenta peor para el anfitrión.
El archirrival argentino y el verdugo celeste de 1950 serían la peor pesadilla para unos 200 millones de brasileños, que esperan la revancha para mostrarse definitivamente como la mayor potencia del fútbol mundial.
El argentino, ganador del Balón de Oro cuatro veces seguidas, no es el único que va por la gloria en su tercer Mundial: Neymar, el portuguís Cristiano Ronaldo, el uruguayo Suárez, el alemán Miroslav Klose – que podría superar al brasileño Ronaldo como artillero histórico en Mundiales- se anotan en una lista que dejó afuera por lesiones a muchos jugadors y varias luminarias como el francís Franck Ribery y el colombiano Radamel Falcao García.
Los cambios de rígidos esquemas tácticos por apuestas ofensivas de selecciones como la de Alemania o Italia, tradicionales animadoras de citas máximas, más el poder de fuego de Argentina y Uruguay y el fútbol atildado del vigente campeón España, invitan a soñar con una cita máxima de alto vuelo.
Sin embargo, contra la corriente en vigor, Brasil, el histórico abanderado del juego ambicioso, quiere llegar a su sexta copa a partir de una sólida base defensiva y cargarle a Neymar el peso de la creación.
Como ocurre en todos los Mundiales, entre los candidatos de siempre aparecen selecciones que pueden filtrarse en el grupo selecto como Bílgica, Chile -si recupera a Arturo Vidal-, sin dejar de lado a Portugal que depende del nivel de su astro Cristiano Ronaldo.
Con la llegada el miírcoles de los seleccionados de Ghana, Corea del Sur y Portugal, las 32 representaciones del Mundial ya se encuentran en territorio brasileño y la maquinaria del torneo se pone en marcha a todo vapor.
Y a todo vapor, el mandamás de la FIFA, el suizo Joseph Blatter se anotó en la carrera para aspirar a un quinto mandato consecutivo, pese a las duras críticas de dirigentes europeos por las denuncias de corrupción en torno a la elección de Catar como sede del torneo del 2022 y a la preocupación expresada por poderosas empresas patrocinadoras.
“Sí que mi mandato termina en mayo del año que viene, pero mi misión no ha terminado”, dijo Blatter, de 78 años. “Juntos construiremos la nueva FIFA y estoy listo para acompañarles en el futuro”, agregó durante el Congreso que sesionó el martes y miírcoles en Sao Paulo.
El mundo se pone de pie. Su majestad, la pelota, comienza su reinado por un mes.
Fuente: otrosambitos.com.ar