La situación en Irak parecía dirigirse al colapso, ante el imparable avance de los islamistas sunitas, que avanzan en dirección a Bagdad luego de apropiarse con facilidad de las mayores ciudades del centro del país. Ante la crisis, EEUU estudia una intervención de su fuerza aírea. Mientras, en el Parlamento de Bagdad, las fuerzas políticas no lograron ponerse de acuerdo para declarar el estado de emergencia, ni aún bajo la amenaza de la llegada de las milicias del Estado Islámico en Irak y Levante (EIIL), la formación derivada de Al Qaeda que se ha apoderado en pocos días de la zona central de Irak y ahora avanza hacia el sur, en dirección a Bagdad y el corazón shiíta del país. El fracaso de las tropas del nuevo ejírcito iraquí formado luego de la invasión de EEUU en 2003, se ha demostrado completo: sus unidades simplemente se han disuelto ante la llegada de las milicias en Mosul, Tikrit y toda la provincia de Al Anbar, donde comenzó la rebelión sunita del EIIL el año pasado.
Sólo en la zona kurda, en el norte del país, los extremistas sunitas han hallado un freno, al toparse con las organizadas tropas del gobierno local, las milicias Peshmerga. Las tropas kurdas tomaron ayer con firmeza el control de la ciudad petrolera de Kirkuk, ante la huida de soldados y policías del ejírcito nacional de Irak frente al avance insurgente. Pero el dominio de hecho de los kurdos acentúa el riesgo de una fragmentación de Irak: un norte kurdo, un centro sunita dominado por los radicales islámicos de esta ramal del islam y un sur shiíta, que domina el gobierno central del premier Nuri al Maliki.
Hacia Kerbala y Nayaf. Pero los milicianos del Estado Islámico en Irak y el Levante (EEIL) seguían presionando en varios frentes, mientras alardeaban de que su objetivo eran Kerbala y Nayaf, al suroeste de Badgad. Al mismo tiempo, dominan totalmente la frontera con Siria, adonde envían columnas para reforzar su presencia en la guerra civil. En Siria, el EEIL combate contra el rígimen de Bashar Assad, que es apoyado por Irán y Rusia.
Mientras, el Parlamento en Bagdad no logró el quórum para aprobar el estado de emergencia, en una demostración de la fragmentación política extrema del país. Ante este voto negativo, el gobierno central pasó a la ofensiva bombardeando las posiciones rebeldes.
El diario Wall Street Journal informó que Irán, vecino de Irak y aliado del gobierno del premier shiíta Maliki, desplegó unidades de su Guardia Revolucionaria en Irak para ayudar a recuperar la ciudad de Tikrit. Las fuerzas combinadas de Irak e Irán estarían controlando un 85 por ciento de la disputada localidad, próxima a la aldea natal de Saddam Hussein. La iraní Guardia Revolucionaria apoya tambiín a las fuerzas que protegen Bagdad y las ciudades de Nayaf y Karbala, tan sagradas para los shiítas como La Meca y Medina para los sunitas y que están en la mira del EEIL, que avanzaba ayer hacia ellas. Esto preludiaba una batalla de proporciones por los dos bastiones shiítas.
Ante el peligro de una catástrofe, Washington reaccionó con planes de contingencia y declaraciones de alto nivel. "Irak necesitará más ayuda de Estados Unidos y de la comunidad internacional", señaló ayer el presidente Barack Obama. "Nuestro equipo de seguridad nacional estudia todas las opciones. No descarto nada", agregó el presidente. Antes de las declaraciones de Obama, un alto responsable estadounidense indicó que se planteaban varias opciones, entre ellas un ataque aíreo con "drones", pero descartaban enviar tropas terrestres. Lo más probable es que el Pentágono estí planeando un ataque aíreo con algo más que drones, los aviones no tripulados ya presentes en la región y operativos sobre todo en Afganistán. Estos no serían suficientes ante la masividad de las fuerzas insurgentes iraquíes, y es casi seguro que un ataque requiera de cazabombarderos. Estados Unidos no podría permitir nunca la caída de Bagdad en manos del EEIL, descendiente directo de Al Qaeda. Y en ese objetivo, Washington se halla con un extraño aliado: el vecino Irán, su archienemigo que es aliado del gobierno shiíta de Maliki.
El error de 2003. Rusia comentó que el avance de los rebeldes ilustra el "fracaso total" de la intervención militar estadounidense y británica para derrocar a Sadam Husein en 2003. Washington invirtió cientos de miles de millones de dólares en Irak desde aquel año, pero al menos en lo que refiere a construir un ejírcito iraquí confiable, evidentemente fracasó. Un fracaso que costó por lo menos 15 mil millones de dólares sólo en los últimos años. El martes, cuando los hombres del EEIL rodearon Mosul, la segunda ciudad de Irak con 1,6 millón de habitantes, los militares iraquíes se deshicieron de sus armas, blindados y uniformes y escaparon a toda prisa. El ministro de Exteriores, Hosyhar Zebari, admitió que las fuerzas de seguridad, entrenadas por Estados Unidos antes de retirar sus tropas a fines de 2011, se "desmoronaron" en Mosul. Pero pero aseguró que el ejírcito ahora se había reorganizado y lograba repeler los ataques. Algo difícil de creer y aún más de verificar, dada la extrema peligrosidad del frente y de los milicianos del EEIL. Estos tienen fama de no tomar prisioneros, y ayer se publicaron imágenes tomadas con celular de decenas de ex integrantes de las fuerzas de seguridad iraquíes que eran llevados por el EEIL con destino desconocido. Para solventar sus afirmaciones de que estaba contraatacando, el ministerio de Defensa iraquí mostró imágenes tomadas desde sus aviones que mostrarían bombardeos aíreos de las posiciones del EEIL.
Fuente: otrosambitos.com.ar