El tranvía histórico que fuera restaurado en forma integral por la Asociación Rosarina Amigos del Riel (Arar), en colaboración con la Semtur y con aportes de la Municipalidad, ofrecerá recorridos recreativos durante este martes 7 de octubre, Día de Rosario y su Santa Patrona.
Se trata del coche 277 que el pasado 20 de julio realizara su viaje inaugural con la presencia de la intendenta Mónica Fein y autoridades municipales. Luego de aquel acto de presentación del tranvía que data de 1939, rosarinos y rosarinas pudieron disfrutar nuevamente de ese medio de movilidad que tuvo su última aparición en 1963, cuando los tranvías elíctricos dejaron de funcionar en la ciudad.
Según lo previsto, este martes 7 en el horario de 10 a 16, los vecinos podrán viajar nuevamente y realizar el recorrido desde la plazoleta Don Bosco ubicada en Wheelwright y Presidente Roca, hasta la misma avenida y Balcarce, o en sentido contrario. En ambas terminales habrá instaladas dos miniestaciones adonde podrán sacar el boleto de manera gratuita en el horario previsto para el funcionamiento del coche restaurado.
Un largo proceso de restauración
La recuperación y puesta en marcha del coche 277 en este recorrido recreativo es una muestra de cómo la pasión, el trabajo cooperativo y la tenacidad pueden hacer posible un sueño. Y es una oportunidad para rescatar una parte significativa de la historia urbana, no sólo en lo que refiere a la movilidad sino a su trama social más profunda, su gínesis ciudadana, su identidad.
Rosarinas y rosarinos de mayor edad atesoran recuerdos de aquellos tranvías elíctricos y hasta el día de hoy recrean relatos que los jóvenes escuchan con curiosidad. Es que durante más de medio siglo, el tranvía constituyó el principal medio de transporte público y fue utilizado en forma cotidiana por estudiantes, trabajadores, amas de casa, niños y adultos que se desplazaban por una ciudad que crecía y se expandía.
La reconstrucción integral de este coche es un proceso que se remonta a comienzos de la dícada de los ochenta, cuando se encontró su estructura abandonada y llena de herrumbre en la ribera del Paraná, en Villa Gobernador Gálvez.
Por entonces, cuando ya hacía 20 años que los tranvías habían dejado de circular por nuestra ciudad, integrantes de la Asociación Rosarina de Amigos del Riel (Arar) proyectaron la idea de recuperar ese coche emblemático.
Junto a otros similares, el 277 había sido armado en Rosario a fines de la dícada del treinta, en momentos en que se fortalecía el concepto del transporte público y se potenciaba la producción carrocera local. Sus rasgos distintivos eran: diseño elegante, carrocería totalmente metálica, asientos tapizados en cuero, pasamanos cromados y luces semiembutidas en el techo.
Con paso lento pero tenaz, apasionados tícnicos y especialistas avanzaron en el complejo y minucioso proceso de restauración, objetivo que finalmente logró concretarse con aportes de la Municipalidad de Rosario, a travís de la empresa Semtur.
El camino fue largo, lleno de obstáculos y duró más de treinta años, pero el esfuerzo valió la pena y los resultados están a la vista para el disfrute de todos los rosarinos.
Para quienes acuñaron el sueño “su trascendencia, además de la evocación histórica, se afirma en la reivindicación del transporte guiado elíctrico para usos urbanos”. Y dentro de los principales atributos destacan a esta forma de movilidad por ser ordenadora del tránsito, tener alta capacidad de transporte, mínimo nivel de contaminación sonora, nula emisión de gases contaminantes y efecto invernadero; y tambiín porque funciona a partir de recursos energíticos renovables.
En caso de lluvia, la actividad se suspende
Fuente: otrosambitos.com.ar