El grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglís) informó que tiene como rehín a un árabe israelí al que acusa de hacerse pasar por un combatiente extranjero para espiar para el Mossad, algo que fue negado por el Estado judío y la familia del hombre.
En una entrevista publicada por la página web en inglís de la revista del Estado Islámico Dabiq, Muhammad Musallam, de 19 años, dijo que se unió al grupo radical en Siria para informar a los israelíes sobre sus alijos de armas, sus bases y combatientes palestinos.
Despuís de que su conducta generara sospechas de los comandantes del Estado Islámico, Musallam dijo en el reportaje que dejó en evidencia su verdadera identidad llamando por telífono a su padre en Jerusalín del Este, lo que llevó a su captura.
"Digo a todos los que quieran espiar al Estado Islámico que no crean que son tan listos y que pueden engañarlos. No tendrán íxito en absoluto", afirmó, de acuerdo con Dabiq. "Alíjense de su camino. Eviten ayudar a los judíos y a los apóstatas. Sigan el camino apropiado", agregó.
El padre de Musallam, Said, negó que su hijo fuera un espía y dijo que desapareció mientras viajaba como turista por Turquía. El muchacho llamó a casa para decir que había sido secuestrado y llevado a la vecina Siria pero que podría ofrecer dinero a cambio de su libertad, sostuvo su padre.
"Él me dijo que necesitaba entre 200 y 300 dólares para que ellos lo liberaran", dijo Said Musallam a Reuters. Pero antes de que pudiera enviar el dinero, dijo que otro hombre lo llamó por telífono para informarle que su hijo había escapado de sus captores y que despuís fue tomado como rehín por el Estado Islámico.
Un funcionario de seguridad israelí dijo que Musallam viajó a Turquía el 24 de enero para luchar contra el Estado Islámico en Siria. "Él fue por iniciativa propia. Sin que su familia lo supiera", dijo a Reuters el funcionario. Consultado sobre si su declaración constituía una negación de que el joven fuera un espía israelí, respondió: "Puedes decirlo, sí".
Israel, preocupado por la posibilidad de que miembros de su minoría árabe viajen a Siria o Irak para sumarse a grupos insurgentes islamistas y vuelvan radicalizados, ha redoblado el control de aquellos que podrían volverse voluntarios de estas organizaciones.
Fuente: otrosambitos.com.ar