Un verdadero aluvión de ofertas recibió el Gobierno para la emisión de bonos en pesos. La mayoría de las órdenes llegaron desde el exterior, generando un ingreso sustancial de dólares que el Tesoro utilizará para pagar deuda en moneda extranjera. Lo más impactante pasó por el título a 10 años: el corte se hizo a una tasa de 15,5% fija en pesos y se adjudicó un monto de $53.600 millones. Las ofertas fueron un 20% más elevadas (llegaron a $ 63.500 millones) pero no entraron todas porque solicitaban tasas más altas a las convalidadas.#
Además, se colocó un título a 7 años que obtuvo menos demanda, algo que también era esperable. Fueron 22.700 millones de pesos al 16% anual. En este caso también las ofertas excedieron en un 20% el monto colocado. Entre ambas operaciones el Gobierno consiguió $76.300 millones, equivalente a unos 5.000 millones de dólares.
La emisión puede considerarse histórica, ya que es la primera que realiza un Gobierno argentino en moneda local a 10 años, pero a tasa fija. Básicamente, los inversores que compran estos instrumentos compran el concepto de "desinflación", es decir que la inflación y las tasas irán bajando gradualmente. Federico Sturzenegger, titular del BCRA, planteó un recorrido hasta llegar al 5% en 2019. Si este escenario se cumple, estar invertido a más del 15% puede resultar un gran negocio. Obviamente, este proceso también conlleva un comportamiento mucho más tranquilo del tipo de cambio, que subiría igual o incluso menos que la inflación.
"Hay una segmentación muy clara. El inversor local todavía prefiere mayoritariamente estar al 26,75% en Lebac de corto plazo y asegurarse el negocio. Pero los extranjeros claramente prefieren estirar plazos y apostar al proceso que inició la Argentina. Además, ven las tasas mínimas que se pagan en el mundo y se entusiasman con este escenario", señaló un importante broker local.
Uno de los cambios en relación con la licitación anterior de bonos en pesos a tasa fija es que los inversores extranjeros pudieron suscribir el título directamente en dólares. De esta forma, el Tesoro se hizo de las divisas pero sin necesidad de que el Banco Central salga a comprar. El Gobierno luego utilizará esos dólares para pagar deuda en moneda extranjera.
Seguramente en las próximas semanas habrá nuevas colocaciones en pesos en el mercado local, pero el éxito de estas emisiones llevaría a evitar el mercado internacional hasta fin de año. Entre las elecciones en los Estados Unidos y la expectativa de un aumento de tasas de la Reserva Federal, el objetivo sería esperar que se tranquilicen las aguas y mejoren los precios para salir a buscar financiamiento con tasas más convenientes que las actuales.
Otro de los objetivos de la Secretaría de Finanzas que conduce Luis Caputo es divulgar un cronograma con los días en que el Tesoro saldrá al mercado, aunque por ahora no se aclarará con qué instrumentos. Se trata de dar un horizonte previsible para los inversores para todo 2017.
Fuente: otrosambitos.com.ar