Telecom-Cablevisión: fusión concentra ya casi el 60% de los accesos a internet

El anuncio de fusión de Telecom y Cablevisión que se realizó en la Comisión Nacional de Valores, implica un cambio radical en el mercado de telecomunicaciones argentino. La nueva empresa será la única con infraestructura desarrollada para ofrecer cuádruple play el 1 de enero de 2018, fecha en que las normas desregulatorias dictadas por el actual gobierno, permitirán a un mismo operador ofrecer un único paquete de telefonía fija y móvil, internet y televisión por cable.#

La posibilidad de la fusión estuvo planteada desde el mismo momento en que el fondo Fintech de David Martínez que tenía desde 2006 el 40% de Cablevisión, compró la parte de Telecom Italia en Telecom Argentina en 2015, considerando el interés previo del grupo Clarín por la compañía de telecomunicaciones, frustrado en 2005 por el entonces presidente Néstor Kirchner.

El proceso de aceleró con las nuevas normas dictadas para este mercado por el gobierno de Mauricio Macri, prácticamente desde el primer mes de gestión cuando por el decreto de necesidad y urgencia 267 derogó la llamada ley de medios y cambió la regulación para las telecomunicaciones. A partir de ahí se sucedieron otros decretos y resoluciones por los cuales Clarín y Cablevisión quedaron posicionados para ofrecer 4G, la última tecnología móvil disponible, a través de Nextel, sin haber pagado por las frecuencias las suma millonarias que debieron afrontar Telefónica, Claro y la propia Telecom en 2014.

Es imposible precisar si el anuncio de la fusión se precipitó ahora por razones económicas o políticas pero sin dudas no es un hecho inesperado. La primera consecuencia evidente es que ya no habrá en el país un cuarto operador de telefonía móvil, y que Nextel terminará desapareciendo en poco tiempo.

Pero el mayor problema deriva del grado de concentración que tendrá la nueva compañía, al punto que no se la puede comparar con otra experiencia similar a nivel internacional, si se considera el tamaño del mercado argentino y los escasos actores participantes.

La empresa fusionada tiene al día de hoy 3,9 millones de líneas fijas, 19,5 millones de líneas móviles, y casi 4 millones de los accesos a banda ancha en todo el país, además de 3,5 millones de usuarios de TV por cable. En comparación, Telefónica cuenta con unos 6 millones de líneas fijas y 17 millones de móviles, y 1,6 millones de accesos de banda ancha. Por su parte, Claro del grupo mexicano Telmex de Carlos Slim tiene alrededor de 21,7 millones de líneas móviles.

Según la información de Telecom-Cablevisión, la empresa fusionada tendrá 36% de los clientes del mercado de las telecomunicaciones, Telefónica el 30% y Claro el 25%. Pero el dato excluye que ya tiene más del doble de los accesos a internet con que cuenta Telefónica y que ambas concentran más del 90% de ese mercado.

Puede decirse además que el segmento del negocio que tiene más posibilidades futuras es el de acceso a internet a través de los móviles de última generación, por lo cual el mejor posicionamiento en banda ancha implica una posición de privilegio. En cambio, la televisión por cable tenderá a ser una opción obsoleta frente a la posibilidad de bajar contenidos "in streaming". En ese contexto, en principio es improbable que por ejemplo Telefónica busque invertir en redes para ofrecer televisión por cable, y ésta es la única opción que deja la actual regulación para dar cuádruple play, porque está prohibido que las empresas de telecomunicaciones brinden televisión satelital.

A todo esto se suma que además la empresa fusionada es ya uno de los principales proveedores de contenidos del país. Aunque formalmente el grupo Clarín y Cablevisión Holding son sociedades separadas, los accionistas de Clarín son los mismos que cuentan con el 60% de Cablevisión. Y el grupo Clarín tiene el principal medio gráfico del país, Canal 13 en tv abierta y varios canales de la tv por cable, además de dos de las radios más escuchadas (Mitre y FM 100). Esto también convierte a la empresa fusionada en una experiencia sin correlato internacional, y la convierte en un inédito instrumento de poder dentro de la sociedad.

En otro aspecto, la nueva compañía carece de tecnología propia: ni Fintech ni el grupo Clarín son operadores telefónicos por lo cual tendrán que recurrir a comprar o contratar los adelantos que se vayan generando en el mundo.

Por último, el resultado de la fusión será una empresa de telecomunicaciones con la mayor penetración del mercado y las mejores posibilidades para expandirse y seguir acumulando participación en un contexto donde los servicios prestados no son considerados públicos y los precios pueden fijarse libremente. En una palabra, más desprotección para los consumidores.

Fuente: otrosambitos.com.ar