En su primera movida del año el Banco Central decidió un recorte de 75 puntos en la tasa de Política Monetaria (el centro del corredor de pases a 7 días) bajándola al 28% anual. El consenso del mercado esperaba por lo menos un ajuste del doble de magnitud. Algunos se mostraron tímidamente desilusionados y otros con sabor a poco.# Sin embargo, tras conocerse la decisión del BCRA, los informes de los principales bancos de inversión internacionales reflejaron que finalmente la señal enviada por el ente monetario fue acertada. O sea, celebraron priorizar la credibilidad y el sesgo contractivo, a pesar de que el sendero de desinflación se elevó. Cabe destacar que la decisión del BCRA se enmarca en las nuevas metas inflacionarias anunciadas el 28-12 que dan lugar a este relajamiento del sesgo contractivo. Pero como advirtió ayer en el comunicado oficial (ver aparte) el BCRA será cauteloso en la moderación del sesgo siempre y cuando la evolución de la desinflación así lo permita.
Vale señalar que a pesar de su férrea postura antiinflacionaria, la cúpula del BCRA también vino comulgando con el gradualismo y aprendió en el teatro de operaciones el costo de salirse del esquema, ya que cuando decidió fuertes ajustes o recortes, después tuvo que dar marcha atrás y reconocer el error (que le costó en un caso un freno del nivel de actividad y en otro un salto inflacionario). Por lo tanto no es del estilo de este directorio aplicar medidas de shock, salvo algún cimbronazo externo o interno, que no es el caso actual.Además, para aquellos que consideran que se quedó "corto" en el recorte, soslayan que el BCRA no solo dio una importante señal al mercado sino que además hizo un gesto acorde con los deseos del gobierno en anticipar en más de tres meses el "esperado" recorte de tasas. Porque el propio titular del BCRA, Federico Sturzenegger, había advertido sobre el fines del 2017 que había tasas altas por los próximos meses, por lo menos, hasta abril. De modo que con el primer paso dado ayer no hizo más que adelantar el cronograma proyectado de bajas de las tasas. Toda una prueba de amor hacia la Rosada ya que los datos inflacionarios aún no convalidaban semejante gesto. Por ende más allá de que el mercado proyectaba una baja de la tasa de entre 150 y 200 puntos, el BCRA tuvo en cuenta estos factores.
En primer lugar, no podía desarbitrar demasiado la tasa de referencia de los rendimientos de las Lebac en el mercado secundario. Por ello, el BCRA estuvo interviniendo fuerte en las últimas jornadas para elevar un poco dichas tasas, sobre todo las de corto plazo entorno a los 100 puntos y bajando aún más las de largo en unos 50 puntos. Una señal para los que miran el dólar como opción.
Por otro lado, el próximo martes vencen unos $400.000 millones de Lebac. Al mantener la tasa de referencia en 28%, si los rendimientos ofrecidos en la próxima licitación no convencen, seguramente la liquidez excedente, sobre todo de los bancos, irá a estacionarse en los Pases. Así evitaría un mayor drenaje hacia el mercado cambiario o a precios. Tiene además un segundo round el próximo 23 para recortar otro tanto la tasa de referencia acorde con las nuevas tasas de las Lebac. Por último, mañana se conoce el IPC de diciembre que retroalimentará las expectativas inflacionarias. Será clave el próximo REM para dimensionar cómo lo digirió el mercado.
Fuente: otrosambitos.com.ar