OTAN y otros cuatro países se sumaron a la expulsión de agentes rusos

 Mientras se aguarda la represalia de Moscú a la masiva expulsión de diplomáticos rusos en una veintena de naciones, la OTAN y otros cuatro países se sumaron ayer a la campaña para aislar al Kremlin, en respuesta al ataque químico en Gran Bretaña contra un exespía ruso y su hija, que Londres atribuye a Rusia. "Esto manda un mensaje claro a Rusia de que hay costos y consecuencias para su forma de actuar, inaceptable y peligrosa", explicó el secretario general de la alianza atlántica, Jens Stoltenberg.#

Gran Bretaña saludó las expulsiones de un total de más de 120 espías rusos como un "punto de inflexión" en la actitud de Occidente hacia una Rusia "temeraria", pero Moscú advirtió que prepara su respuesta.

"Nunca antes tantos países se habían unido para expulsar a diplomáticos rusos", escribió ayer el ministro británico de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, en The Times. Es "un golpe del que la inteligencia rusa necesitará muchos años en recuperarse", afirmó. "Creo que estos acontecimientos podrían convertirse en un punto de inflexión", agregó.

Con Estados Unidos y 18 miembros de la Unión Europea al frente, los países hicieron gala de una acción contundente y coordinada, sin precedente incluso en tiempos de la Guerra Fría.


La OTAN en particular decidió expulsar a siete representantes rusos y denegar la acreditación a otros tres. En una llamada telefónica, los presidentes estadounidense, Donald Trump, y francés, Emmanuel Macron, saludaron "la fuerte reacción internacional", según el Elíseo. En parecidos términos se expresó la canciller alemana Angela Merkel en conversación telefónica con Trump, con el que coincidió en denunciar "el uso irresponsable de armas químicas por parte de Rusia", indicó la Casa Blanca.

Estas expulsiones fueron una respuesta al envenenamiento con un agente neurotóxico del exespía doble ruso Sergei Skripal y su hija Yulia el 4 de marzo en Salisbury, en el sur de Inglaterra. Ambos siguen en estado crítico.

Skripal, un oficial de inteligencia militar ruso encarcelado por Moscú por pasar información sobre agentes rusos a varios países europeos, llegó a Gran Bretaña en 2010 gracias a un canje de espías.

Las represalias occidentales comenzaron con la expulsión de 23 diplomáticos rusos de Gran Bretaña. Le siguieron sus aliados, encabezados por Estados Unidos, que ordenó expulsar a 60 funcionarios.

La crisis es un nuevo golpe a las relaciones entre Washington y Moscú a menos de una semana después de que el presidente Donald Trump felicitase a Vladimir Putin por su reelección.

Reacción rusa
El jefe de la diplomacia rusa, Sergei Lavrov, atribuyó las expulsiones a la presión de Estados Unidos.

"Es el resultado de presiones colosales, un chantaje colosal que constituye, desgraciadamente, el arma principal de Washington en la escena internacional", afirmó Lavrov.

Rusia ya advirtió que está preparando una respuesta de represalia para los países que "se someten" sin entender totalmente lo que está pasando.

El analista Fiodor Lukianov escribió ayer en las páginas del diario ruso Vedomosti que estas expulsiones, "particularmente destructivas para las relaciones ruso-estadounidenses", sumen las relaciones entre Moscú y Occidente en un nuevo "período de Guerra Fría".

"No es el fin de la escalada, está claro que esta se va a agravar, prevemos medidas aún más severas, sanciones económicas contra Rusia", advirtió Lukianov.

Fuente: otrosambitos.com.ar