Sandinistas y opositores se aprestan a medir sus fuerzas en las calles como preámbulo al diálogo nacional convocado por el presidente Daniel Ortega y aceptado por el Consejo Superior de Empresas Privadas (Cosep). El mediador entre las partes será el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, que se echó sobre sus espaldas una responsabilidad mayúscula para un país lleno de dudas.#
El Frente Sandinista convocó para una manifestación, tras una semana de protestas antigubernamentales y enfrentamientos violentos, que provocaron la muerte de 34 personas, según el balance del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
Al otro lado, la Iglesia Católica convocó para pasado mañana una marcha para mostrar su "fe y amor a Nicaragua", anunció Silvio José Báez, arzobispo auxiliar de la capital, convertido en el héroe de los que protestan. Un líder religioso que nada tiene que ver con el cardenal Miguel Obando y Bravo, pieza clave en el regreso al poder del sandinismo, una fuerza que pactó sin rubor con la Iglesia, el empresariado y parte de la oposición mientras ampliaba su agenda autoritaria y estrechaba las libertades.
Ortega se vio forzado a realizar varios movimientos para calmar calles y para que sus enemigos acepten la mesa del diálogo. El primero lo anunció el domingo pasado, cuando revocó la reforma del sistema de pensiones, la mecha que prendió las protestas populares. Cercano a la bancarrota, el sistema ideado por el gobierno pretendía tapar sus enormes agujeros con los bolsillos de los trabajadores y los impuestos de las empresas.
Entre el lunes y el martes el sandinismo evitó nuevos enfrentamientos y además se vio obligado a liberar a decenas de jóvenes. Videos e imágenes surcaron las redes sociales para la vergüenza nacional: con cabezas afeitadas, robados y golpeados, unas imágenes muy similares a las ocurridas el año pasado en Venezuela durante las protestas contra Nicolás Maduro, estrecho aliado de Daniel Ortega.
El gobierno también levantó el bloqueo contra el canal 100% Noticias, censurado después de retransmitir las primeras protestas. Este canal volvió a las pantallas con las narraciones de torturas contra los detenidos. "Les robaron todo", confirmó Miguel Mora, director del canal. "¡Triunfo de la libertad de prensa! ¡Triunfo de Nicaragua!", festejó en sus redes sociales el obispo Báez, quien apoya el diálogo a sabiendas del riesgo que entraña.
"Eso [las condiciones previas, desde revocar la ley de pensiones hasta la liberación de los presos] se ha dado, ahora estamos esperando a que nos convoquen para el diálogo", refrendó José Aguerri, presidente de la patronal Cosep.
En un principio y de cara al diálogo, la Conferencia Episcopal de Nicaragua recibirá las propuestas de la sociedad civil para proponérselas a las partes en la mesa de negociación. "Vamos a ir viendo si abrimos alguna oficina para recibirlas", adelantó el cardenal Brenes. "Será una responsabilidad muy grande", concluyó. La Iglesia también llevará sus propios temas al diálogo.
En el sermón que ofreció ayer, el cardenal se lamentó por los "jóvenes muertos a balazos, heridos por morteros, familias destrozadas por la pérdida de sus hijos". Pero a la vez hizo un llamado a mantener la calma y "estar unidos en el amor de Cristo".
La gran pregunta que sobrevuela Managua gira en torno a la consistencia de la distensión. "Ya no importa que el presidente haya revocado la ley, ahora son los 34 muertos. Ha perdido en una semana la confianza que para una buena parte alcanzó en 11 años. Puede seguir la protesta, pero también muchos queremos tranquilidad", aseguró el trabajador Daniel Fernández, de 25 años, que votó a su tocayo dos legislaturas. "Ya se debe ir", concluyó.
Fuente: otrosambitos.com.ar