La recuperación de la obra "La asunción de Santa Catalina", del pintor español Esteban Murillo, puso al Museo de Arte Decorativo Firma y Odilo Estévez otra vez en boca en todos. A pesar de que el espacio es Monumento Histórico Nacional y patrimonio de la ciudad, la administración Macri no destina un solo centavo para su restauración. Sin embargo, con fondos municipales, las obras se están llevando adelante en etapas y se logró luego de una década poner en valor el minarete (mirador).# Ahora se realizarán trabajos fundamentales de canalización en el área principal de la antigua casona y se recambiará el tendido eléctrico, algo que la subsecretaria de Industrias Culturales, Clarisa Appendino, estimó llevará por lo menos dos años. Por lo pronto, las principales salas que albergan la colección del museo permanecen cerradas.
"Cada paso que se da y cada etapa es una inversión millonaria, sólo el minarete costó 3 millones de pesos", explicó la responsable del Programa de Preservación del Patrimonio de la Municipalidad, Mariel Santos, y puso de relieve el aporte de fondos locales para restaurar las salas.
En el mismo tono, señaló que "se trata de edificios cuyas restauraciones deben ser abordadas por especialistas y que, por ser centenarios, no sólo requieren recuperarse a nivel estético sino fundamentalmente estructural". Es por las mismas características que admitió que "generalmente hay imprevistos".
El museo tuvo altos y bajos, pero fundamentalmente fue sobre finales de la década pasada que las filtraciones provocaron serios problemas en las estructuras del edificio construido entre 1870 y 1888, que incluso obligaron en ese momento a mantener clausurada por cuatro años la sala de exhibiciones que tiene su ingreso por San Lorenzo 753.
"El ingreso de agua afectó toda la estructura, lo que provocó diferentes patologías, a lo que se suman partes que se volvieron obsoletas por el paso del tiempo, como es el tendido eléctrico. Todo esto determinó la puesta en marcha de un plan de recuperación integral del inmueble", remarcó la titular de Patrimonio.
Si bien ese plan elaborado en la cuidad y puesto en marcha sobre el 2016 contó desde el inicio con la aprobación de la Comisión Nacional de Monumentos Nacionales, los trabajos se mantienen desde entonces exclusivamente con fondos de la Municipalidad. "Eso nos obliga a llevarlo adelante en etapas, ya que se trata de aportes millonarios", recalcó Santos, y recordó que al momento de presentarse, hace tres años, "hablábamos de un presupuesto global de 20 millones de pesos, una cifra que actualmente se disparó por completo".
A poco de asumir la dirección del museo a través de un concurso, Analía García tuvo que afrontar situaciones buenas y malas. Al mes, debió apuntalar el mirador, todo un ícono del edificio, pero logró la declaración del espacio como Monumento Nacional. Ahora reconoce todos los trabajos que se vinieron realizando, pero sostiene "la necesidad de que se hagan cuánto antes las obras centrales, porque el edificio necesita y amerita ser restaurado integralmente para poder reabrir en toda su dimensión".
Pese a estos contratiempos, recalcó que "nunca se dejó de trabajar en la programación de muestras y actividades".
Los primeros trabajos y los más urgentes fueron los arreglos de las filtraciones en los techos, que habían obligado a cerrar la sala de calle San Lorenzo, y luego se avanzó con la reparación de la humedad de cimientos que tenía el edificio, indicó Santos. "Se hizo en todo el museo un sistema técnico para protegerlo de las humedades, a través de un sistema físico químico que permite que el agua no suba y que está dando resultado", detalló.
La funcionaria remarcó la importancia que tiene la recuperación del minarete, el mirador de la casona, uno de los espacios preferidos de Firma Estévez (ver aparte). "Después de un debate, donde incluso hubo posiciones por la demolición, se hizo una recuperación de ese lugar manteniendo todas sus piezas", contó la titular de Patrimonio.
Así, la vieja casona familiar que en 2018 cumplió medio siglo como Museo de Arte Decorativo de la ciudad sigue dando batalla por recuperar todo el esplendor de la vieja Rosario que se desarrolló a la vera del Paraná y al ritmo de la actividad comercial que crecía a pasos agigantados a fines del siglo XIX y principios del siglo XX.
mirador. El lugar donde Firma se dedicaba a la pintura.
Fuente: otrosambitos.com.ar