Mientras el tiempo transcurre vertiginosamente y la salida a la crisis venezolana sigue siendo una incógnita, la oposición y el chavismo volvieron a medir fuerzas en las calles de Caracas. Miles de personas, a favor y en contra de Nicolás Maduro, se manifestaron en la capital de Venezuela en un nuevo capítulo de la escalada que se desató en enero pasado.#
Chavismo
En el oeste de la ciudad, el ministro para Juventud y Deporte de la gestión de Nicolás Maduro, Pedro Infante, y miles de chavistas marcharon seis kilómetros entre la plaza Morelos hasta la plaza Bolivar para conmemorar el Día de la Juventud y los 205 años de la Batalla de la Victoria, un combate clave en la independencia del país a principios del siglo XIX.
En línea con lo que plantea Maduro, quien acusa de Washington de intentar forzar su salida, los chavistas denunciaron el "imperialismo de EEUU" y acusaron a Guaidó de actuar en nombre del gobierno de Trump.
Un manifestante oficialista sostiene un muñeco de Hugo Chávez.
Un manifestante oficialista sostiene un muñeco de Hugo Chávez.Télam
"Esta juventud cree profundamente en la revolución, en la paz, en la autodeterminación e independencia de los pueblos, por eso estamos en la calle, para encontrarnos con el presidente Nicolás Maduro y conversar sobre los proyectos, aspiraciones, capacidades y ganas que tiene la juventud de trabajar, de generar riquezas y soluciones a los problemas que llevarán al país, a la Venezuela que queremos", aseguró el ministro Infante, citado por el canal de noticias local VTV.
Oposición
Por otro lado, una multitud salió a apoyar al autoproclamado presidente del país, el titular de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, y a su pedido a las fuerzas armadas para permitir el ingreso y la distribución de millones de dólares de ayuda humanitaria prometida por gobiernos americanos y europeos aliados.
Pese a la creciente tensión y polarización que se vive en el país -y especialmente en la capital, Caracas- se sintió el mismo clima festivo en la manifestación de jóvenes chavistas y en la marcha antichavista convocada por Guaidó.
"Se ha generado una nueva esperanza de que de verdad vamos a salir de esto pronto. Tengo una nieta que está fuera, lo sentimos mucho y otros hijos se están yendo también porque el hambre es muy grande", contó a la agencia de noticias EFE una manifestante de 72 años, Isabella Suárez.
Eliazar Salas, un estudiante de Ingeniería de Sonido, también se mostró optimista y opinó que si Guaidó "hace las cosas bien como las está haciendo ahora, creo que el pueblo le va a recompensar".
"Es excelente para Venezuela que entre la ayuda humanitaria y de la comunidad internacional", agregó.
En un clima festivo y con ningún roce o choque con las fuerzas de seguridad, la multitud antichavista se fue reuniendo en los puntos de concentración designados por Guaidó y marchó a través de la avenida Francisco de Miranda, en el corazón de Caracas.
Al final de la avenida, detrás de un atril con el logo presidencial y debajo de una foto del médico José Gregorio Hernández, considerado como milagroso por los venezolanos y en proceso de beatificación, Guaidó los esperaba para pronunciar un esperado discurso.
"Anunciamos entonces que el 23 de febrero será el día para que ingrese la ayuda humanitaria", aseguró y le pidió a todos los presentes que ayuden a distribuir y proteger los medicamentos y alimentos que prometieron enviar países como Estados Unidos, Canadá y varias potencias europeas.
Guaidó y sus representantes dentro y fuera del país concentran sus esfuerzos públicos por estas horas en conseguir y coordinar la llegada de toneladas de ayuda humanitaria para paliar la escasez de medicamentos, alimentos y productos de primera necesidad, que ya provocaron que más de 2,3 millones de personas abandonaran el país desde 2016, según cifras de la ONU.
Entrevista
El gobierno de Maduro, en cambio, intentó en las últimas horas recuperar espacios públicos, mediáticos y políticos en el exterior, la esfera en la que Guaidó es más fuerte.
"Se trata de una guerra política del imperio de Estados Unidos, de los intereses de la extrema derecha, del Ku Klux Klan, que hoy gobiernan en la Casa Blanca para tomar el control de Venezuela", sentenció el presidente en una entrevista con la BBC.
"Esto es parte de una farsa. Por eso, con toda dignidad, les decimos que no queremos sus migajas, su comida tóxica, sus sobras", concluyó el mandatario, dirigiéndose a los gobiernos que reconocieron a Guaidó y luego ofrecieron ayuda humanitaria.
Fuente: otrosambitos.com.ar