La Unión Europea se asemeja al escenario de una tórrida novela de amor, traición y celos del siglo XIX. Lo tiene todo: tensión, momentos épicos y lo más importante para una historia así, cartas de amor y desamor. Dos han marcado la historia reciente de la Unión: la que Theresa May, primera ministra británica, envió el 29 de marzo de 2017 notificando la petición de abandonar el bloque comunitario, y la que este miércoles ha enviado también la líder conservadora pidiendo que el Brexit se prorrogue hasta el 30 de junio.#
Jueves, día importante
Quien les diga que sabe lo que va a ocurrir seguramente esté mintiendo. Sabemos pocas cosas, pero sí que este jueves será un día clave, aunque quizás menos de lo que algunos desearían. Es la jornada en la que comienza el Consejo Europeo de primavera, que reune a todos los líderes de la UE y que estará centrado principalmente en el Brexit. Se preveía que fuera el último en el que participara el Reino Unido, pero eso ya no está tan claro.
Probablemente no vayan a dar una opinión tajante. Las fuentes diplomáticas señalan que la carta ha sido muy “precipitada”. “Hay muchas cosas que tenemos que ir viendo (de la carta), una de ellas es hasta qué punto ha llegado demasiado tarde y hasta qué punto tiene el respaldo del (resto del) Gobierno británico”, ha añadido.
La cuestión es que la misiva ha llegado escasas 24 horas antes de que los líderes se reúnan este jueves, y muchas fuentes consideran que no se puede obligar a los jefes de Estado y de Gobierno dar un “sí” o un “no” a la propuesta con tan poco tiempo para pensárselo.
El presidente del Consejo Europeo ha asegurado que la UE está abierta a una extensión corta del plazo, pero siempre y cuando el Parlamento británico apruebe el acuerdo sobre la mesa
Sin embargo la puerta que ha abierto Donald Tusk, presidente del Consejo, podría ser una solución. Los líderes podrían dar luz verde a una prórroga “corta” del Brexit si May logra que la Cámara de los Comunes vote a favor del acuerdo antes del 29 de marzo, fecha en la que el Reino Unido debe abandonar la Unión Europea. Es decir, se condicionaría la prórroga a que el Parlamento por fin apruebe un texto que ya ha rechazado dos veces.
¿Y para qué sirve la prórroga entonces si el acuerdo se aprueba?
Porque el proceso legislativo británico es complejo. Una vez que se apruebe el acuerdo el Parlamento tiene mucho trabajo por delante trasladando las normas comunitarias a la legislación nacional. Esto se sabe desde el principio.
De hecho siempre se ha hablado de una “prórroga técnica”, un tiempo que requeriría el Reino Unido no para negociar el acuerdo, sino para implementar todo lo necesario en el corpus legal británico, ya que hay 40 años de legislación comunitaria que debe trasladarse a la nacional.
¿Y habrá más cumbres?
Depende. Si nos ceñimos al plan de Tusk podría haber un encuentro la semana que viene. El polaco ha asegurado que la coreografía sería la siguiente: si la Cámara de los Comunes aprueba el texto, algo difícil, teniendo en cuenta que la última vez que se rechazó fue el 12 de marzo, entonces la UE podría dar luz verde a la prórroga de forma casi automática, un proceso muy técnico que no requeriría nuevas cumbres.
Sin embargo el presidente del Consejo, que ha señalado que ahora mismo no ve la necesidad de convocar una nueva reunión, sí que ha apuntado a que si el texto fuera rechazado otra vez por Westminster entonces sí que llamaría a un Consejo Europeo extraordinario para finales de la semana que viene.
También está por ver. Hay diferentes puntos de vista aquí, ya que hay elecciones europeas entre el 23 y el 26 de mayo en las que el Reino Unido no tiene previsto participar y que Theresa May ha asegurado que no están para nada en sus planes, mostrándose tajantemente en contra de ellas.
Los servicios legales de la Comisión Europea consideran que cualquier prórroga que vaya más allá de los comicios obligan legalmente a Londres a participar, ya que es un principios de los Tratados. Por su parte el Consejo se muestra más flexible, asegurando que el Reino Unido podría seguir en la UE hasta el 30 de junio, ya que la fecha límite no la marcarían las elecciones sino la constitución del nuevo Parlamento Europeo, que es el 2 de julio.
Fuente: otrosambitos.com.ar