Por: Darío H. Schueri – Desde Santa Fe
El “huracán Asahad” tocó tierra política el viernes 4 con una potencia arrasadora. En principio el ojo está centrado en un senador provincial, pero pareciera ser que, lejos de amainar, se retroalimenta y promete más daños en los días por venir. El núcleo de poder peronista está en estado de alerta. Por ahora la oposición observa precavida; algún coletazo podría llegar.
Nadie lo mencionó nunca, pero el recientemente fallecido Francesco Saverio Borrelli, fue el Fiscal encargado de guiar las investigaciones acerca de una enorme red de corrupción que conmocionó Italia en la década de 1990, y que desembocó en el histórico “mani pulite”, cuyos “héroes” resultaron ser después cuatro jueces encabezados por Antonio Di Pietro.En Santa Fe, dos fiscales rosarinos: Matías Edery y Luis Schiappa Pietra ocuparon en las últimas horas el centro de la escena política judicial, al comenzar a deshilvanar una compleja madeja compuesta por fibras del narcotráfico y el juego clandestino enredados con la política, a tal punto que citaron a declaración imputativa a nada menos que el jefe del bloque de Senadores peronistas Armando Traferri.Edery y Schiappa Pietra, al comenzar una investigación en enero del año pasado sobre un asesinato casual por una balacera mafiosa, de un vecino de Las Parejas (el gerente del Banco Nación) que estaba fumando en la terraza del Casino City Center de Rosario, se encontraron con la punta del ovillo que terminó, por ahora, con dos pares presos por recibir coimas de un capitalista de juego clandestino de Rosario (Leonardo Peiti), uno de ellos nada menos que su jefe: el Fiscal Regional Patricio Serjal, y el fiscal de grado Gustavo Ponce Asahad, quien destituido del cargo por la Legislatura, el pasado 4 de diciembre se sentó tres horas y 26 minutos frente a la jueza Eleonora Verón y los fiscales Edery y Schiappa Pietra para vomitar todo lo que supuestamente sabe, haciendo foco en el poderoso – políticamente hablando – Senador por el Departamento San Lorenzo Traferi. Inmediatamente, los fiscales citaron a “Pipi” Traferri a declarar.El senador Armando Traferri para asistir “a la (declaración) imputativa”, primero tiene que ser despojado por los dos tercios de la Cámara de Senadores, de la inmunidad que gozan todos los legisladores santafesinos. Luego, si la justicia encontrare méritos para detenerlo, nuevamente el Cuerpo tiene que despojarlo de la “tercera inmunidad” de los legisladores: ser detenidos.Gustavo Ponce Asahad frente a la jueza y los fiscales, salpicó a más gente del “poder político” y Judicial. Edery y Schiappa Pietra tienen la llave de la Caja de Pandora, no sólo por los dichos del ex Fiscal preso, sino por lo que surgió de aquella investigación que comenzó el 8 de enero del 2019.
*Peronismo en alerta roja.*
¿Por qué el peronismo está en estado catatónico?: “porque se supone que en su discurso del 11 de diciembre cuando asumió como Gobernador, Perotti hablaba de ir por la corrupción del FPCyS, no con los nuestros”, se sinceraba un dirigente peronista “de la guardia vieja”. Lo mismo testimonió en twitter Alejandro Rossi – hermano de Agustín “Chivo” Rossi – cuestionando al Gobernador por “mandar en cana” a los propios.Omar Perotti, lo dijimos en estas páginas la semana pasada, considera que todo lo que está pasando pone a Santa Fe “ante una posibilidad de empezar a recuperar su institucionalidad”; mientras que a la colega María Herminia Grande le advirtió que hay que ir “hasta el hueso caiga quien caiga”.En verdad limpiando la paja del trigo, Perotti nada hizo y, salvo colaborar con la justicia como corresponde, y nada podría hacer, sólo enancarse políticamente, para detener o acelerar las investigaciones de estos dos rigurosos fiscales, que también no hacen otra cosa más que cumplir con su deber.
*Vetos inconvenientes.*
A todo esto, tal como se preveía, el Gobernador vetó las dos “leyes express” (pero que llevaban más de dos meses de negociaciones) votada hace un par de semanas. En un caso, y según lo reseña el colega Luis Rodrigo en El Litoral “la que nació en Diputados, busca remediar una falla (otra) de la reforma procesal penal que, en 2009, creó el Ministerio Público de la Acusación y el Servicio Público Provincial de la Defensa Penal: se había quedado corta con las incompatibilidades y ahora son mayores. En otro, los jefes de los tres bloques de senadores crearon una ley marco para regular los gastos reservados en todas las áreas del Estado. No sólo en el Ejecutivo. También en la Justicia”.Señala atinadamente el colega Rodrigo en su artículo: “ningún ministro puede ser tan importante como para que se sancionen dos leyes pensadas para él”, toda vez que desde el poder ejecutivo se hizo saber que son dos leyes “anti Saín” porque, es verdad, ambas lo incumben directamente.Desde un lógico razonamiento en vistas de la cruzada transparentita emprendida por el Gobernador, no luce bien vetar dos normas que tienen precisamente ese fin; aunque su tratamiento haya sido políticamente desprolijo. Máxime cuando el Parlamento tendría los votos suficientes para insistir con ambas normas.
*El Covid no amilanó a los empresarios.*
Momentos de balances en un año peculiar. El Ministro de la Producción Daniel Costamagna está muy satisfecho con la labor llevada a cabo durante este aciago debut como funcionario, hecho que le valió el reconocimiento del Gobernador Perotti. “Nada se pudiera haber hecho sin el vital acompañamiento del sector privado, que pese a las incertidumbres tuvo el coraje de seguir apostando a la producción y el trabajo”, agradeció el Ministro y también productor – agropecuario- rafaelino.“El nivel de inversiones que contabilizamos es cercano a los 2 mil millones de dólares y está casi duplicado comparándolo con el año 2018. Es increíble y sucedió. Se trabajó con todos estos sectores desde el inicio de la pandemia y esa es la realidad de nuestra provincia, sin desconocer las cuestiones y desafíos pendientes, que tienen que ver con algunos sectores que todavía no arrancaron”. Resumió Costamagna.Lástima que a partir de este lunes, la atención santafesina, estará centrada nacionalmente en otros menesteres menos gratos – o no, según razona el Gobernador – para el mundo político.