Por qué Javkin busca pesar en la elección de los jefes policiales

El intendente cree que las ciudades manejan información específica sobre territorios y actores que otros actores no controlan. Y que el derrumbe en seguridad exige novedades frente a una planificación deficiente o ausente.

Treinta y dos homicidios en lo que va del mes. Dos casos en una misma semana, la que pasó, de padres asesinados delante de sus hijas. Una manifestación que rodea un colegio del centro de la ciudad porque mataron a tiros a un no docente. Al menos 91 crímenes en la ciudad en menos de un cuatrimestre lo que significa, si no se tuerce la tendencia, una proyección hacia fin de año que superará en mucho el 2013, el peor registro de hechos de sangre en la ciudad.

El guarismo no es solamente cuantitativo. La criminalidad y la seguridad pública se expresan como eventos históricos que resultan de un proceso largo donde no hay una sola gestión responsable. Pero todo escala ahora de forma impredecible con fenómenos que son novedosos. Las extorsiones a balazos contra comerciantes arrecian como nunca antes. Jamás hubo un ataque a tiros contra una parrilla donde había cien personas comiendo. No había pasado que entraran a rescatar a balazo limpio a un grupo de presos a una cárcel. Para colmo el jefe de un clan criminal muy conocido de la ciudad, Ariel Máximo Cantero, “El viejo”, resulta detenido por hacer lo mismo que hacía antes de recibir pena, tutelar la protección a grupos que delinquen en su zona.

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