El llamativo método que puede ser efectivo para combatir el dengue

El dengue se ha convertido en un importante desafío para salud pública en América Latina, y la Argentina ha sentido el impacto de esta amenaza de manera contundente. Durante la última temporada, el país reportó más de 100.000 casos confirmados, lo que lo convirtió en uno de los brotes más graves de su historia reciente. Este aumento en la incidencia de la enfermedad ha llevado a que los expertos se planteen nuevas estrategias de control y prevención.

Ante esta crisis, surge una pregunta provocadora: ¿puede un enfoque que involucra la manipulación de mosquitos ser una de las respuestas para combatir el dengue de manera efectiva? En este contexto, el método Wolbachia, utilizado con éxito en países como Brasil, Indonesia y Colombia, aparece como una posible solución para enfrentar este problema de salud pública.

El método consiste en infectar a los mosquitos Aedes aegypti con una bacteria llamada Wolbachia. Esta bacteria, que se encuentra de manera natural en muchos insectos, altera la forma en que los mosquitos transmiten el virus, disminuyendo su capacidad de propagación. Pero, ¿cómo funciona exactamente este método y cuáles son sus implicancias para el control del dengue en la Argentina?

La Wolbachia fue descubierta en 1924 por el científico estadounidense Simeon Burt Wolbach. Desde entonces, se ha estudiado su impacto en diversas especies de insectos. En 1971, se observó que la introducción de Wolbachia en mosquitos Aedes aegypti causaba una disminución en su población debido a que las hembras infectadas no podían reproducirse de forma efectiva. Esto despertó el interés de los investigadores para utilizar esta bacteria como herramienta de control de enfermedades transmitidas por mosquitos.

Para infectar a un mosquito, los científicos realizan un proceso de microinyección, que consiste en introducir la bacteria directamente en los huevos o embriones del mosquito. Este método permite que la Wolbachia se establezca en las células del mosquito y se transmita a las siguientes generaciones a través de la reproducción.

El proceso comienza con la extracción de la bacteria de insectos que la portan naturalmente, como la mosca de la fruta (Drosophila). Luego, los huevos de los mosquitos Aedes son microinyectados con Wolbachia en las primeras etapas del desarrollo embrionario, un procedimiento delicado que requiere un equipo especializado y un manejo cuidadoso para garantizar la viabilidad de los huevos.

Una vez que los mosquitos infectados nacen, la bacteria se multiplica dentro de ellos y se hereda a través de la reproducción. Tanto los machos como las hembras pueden portar la bacteria, pero la transmisión se realiza principalmente a través de las hembras a sus crías. Finalmente, los mosquitos infectados son liberados en el ambiente y, al reproducirse con otros no infectados, la bacteria se transmite a las nuevas generaciones, disminuyendo así la capacidad de los mosquitos para transmitir enfermedades como el dengue, zika y chikungunya.