El sindicalista Juan Pablo "Pata" Medina, líder de la Unión Obrera de la Construcción de La Plata, fue detenido por orden de un juez que lo acusó por los presuntos delitos de extorsión, asociación ilícita y lavado de activos. La orden corrió por cuenta de Luis Armella, magistrado federal de Quilmes, tras un pedido en ese sentido de la fiscal Silvia Cavallo, y llegó tras una jornada de máxima tensión en torno de la sede platense del gremio, con manifestantes en la puerta y amenazas públicas del dirigente si se concretaba su encarcelamiento.#
A última hora Medina se entregó a fuerzas de seguridad federales desplegadas por Armella en una veintena de allanamientos para buscar al dirigente y a otros cuatro imputados por los mismos delitos. La captura se concretó en el domicilio del gremialista, en Villa Del Plata. La causa en su contra arrancó con denuncias del Gobierno nacional por la paralización de obras en el ferrocarril Roca, en la estación Parque Pereyra, a raíz de reclamos de la UOCRA platense. La imputación principal por supuesta "extorsión" es similar a la que llevó a la cárcel a otro sindicalista, el marítimo Omar "Caballo" Suárez, y a la dirigente social Milagro Sala. En todos los casos a esa acusación luego se sumaron otras que apuntalaron los respectivos pedidos de detención.
La causa contra Medina no concitó apoyo alguno de parte de la CGT. Ni siquiera de su gremio de origen, la UOCRA, cuya conducción nacional, a cargo de Gerardo Martínez, salió a despegarse del referente de La Plata y a señalar que no avala la comisión de delitos ni la violencia de la que se lo acusa. Entre las causas en contra de Medina figura un tiroteo denunciado en el obrador de la estación ferroviaria contra trabajadores de otra seccional, Florencio Varela, liderada por un gremialista rival.
El dirigente construyó casi a solas una estructura de poder en las casi dos décadas al frente de la UOCRA platense al margen de cualquier otra referencia y siempre signado por episodios violentos. El más impactante fue la pelea que protagonizaron los afiliados a su seccional con los camioneros de Hugo Moyano en el traslado de los restos de Juan Perón a la quinta de San Vicente, en 2006. Aquel suceso pasó a la historia por las imágenes de Emilio "Madonna" Quiroz, chofer de Pablo Moyano, mientras abría fuego contra un paredón de la quinta en dirección de los afiliados de la UOCRA.
Anoche en la jefatura de la CGT descartaron cualquier pronunciamiento del triunvirato de secretarios generales. Tampoco lo hubo con la detención de Suárez, hace un año, y fueron tenues los apoyos a los cuatro sindicatos nacionales intervenidos desde el inicio de la gestión de Mauricio Macri. En reserva los gremialistas de la central sindical admitieron que el Gobierno y la Justicia actuó hasta ahora sobre dirigentes difíciles de defender.
En el Gabinete político, en tanto, celebraron la caída de Medina por entender que servirá para aleccionar a otros gremialistas con métodos similares y agregaron que podría implicar un aliento a la ejecución de obras en la zona de influencia de la UOCRA platense que permanecían frenadas.
Los momentos de mayor tensión de la jornada fueron por la tarde, luego de que el "Pata" anunciara su decisión de permanecer en la sede del gremio, en 44 entre 4 y 5, a centenares de afiliados que lo vivaban desde la calle y amenazara con "prender fuego la provincia" si se resolvía su detención. Luego apaciguó su discurso, se retractó y les pidió paz a sus seguidores y que se desmovilizaran.
La defensa del dirigente la ejerce el abogado penalista Víctor Hortel, que durante la gestión de Cristina de Kirchner se hizo conocido como jefe del Servicio Penitenciario Federal y referente de la agrupación Vatayón Militante que organizaba actos y actividades en los establecimientos carcelarios. De hecho, uno de los señalamientos a Medina es la integración a su gremio de expresidiarios.
Fuente: otrosambitos.com.ar