Mauricio Macri volvió a tender puentes e hizo flamear la bandera blanca ante el peronismo. El Presidente volvió a llamar por teléfono a Alberto Fernández el domingo por la mañana para anticiparle las medidas sobre control de cambios y el establecimiento de un plazo para que los exportadores liquiden divisas.# Fue antes de que el candidato presidencial del Frente de Todos se embarcara en un vuelo con destino a Madrid. El diálogo fue ameno y se reflejó en la tregua política que ayer contagió a los mercados, con un marcado descenso del 5,85% en la cotización del dólar minorista y del 15,5% en el dólar futuro.El set de medidas que diagramó Hernán Lacunza contó también con la bendición de Roberto Lavagna. Por primera vez desde que se desató la crisis económica, social y financiera, la Casa Rosada selló una tregua global para evitar daños que afecten a toda la corporación política. Así se explica el silencio de Alberto Fernández antes de volar hacia España y la prudencia con la que se movió ayer en su arribo a Europa, sin hacer declaraciones sobre los anuncios que ya le había anticipado Macri. El Presidente lo llamó el domingo desde la quinta Los Abrojos, donde pasa los fines de semana junto a su familia, horas antes de la publicación del decreto en el Boletín Oficial y de que Guido Sandleris recibiera a banqueros locales en la sede del Banco Central. El candidato presidencial del Frente de Todos consideró razonable, aunque tardío, el paquete de medidas que limitan el acceso indiscriminado a dólares y la salida de capitales para preservar las reservas del Banco Central, una de sus principales preocupaciones. Macri le ratificó además a Alberto que su principal objetivo, más allá de blindar la reservas, es contener la disparada del dólar y, por ende, la escalada inflacionaria. Ambos coincidieron en cuidar la gobernabilidad para despejarle el camino a la próxima administración.
Puentes
La del domingo pasado no fue la primera comunicación entre ambos. El primer contacto fue luego de las PASO, en un tono no tan amigable cuando el Presidente aún salía de la emoción violenta que le provocó el triunfo del Frente de Todos por 17 puntos a nivel nacional. El 19 de agosto, cuando el exjefe de Gabinete de Néstor Kirchner terminaba de dar clases de Teoría del Delito en la UBA, volvió a recibir un llamado del Presidente para pedirle colaboración y que ponga a disposición a su equipo económico. Los puentes se quemaron después de la movilización a Plaza de Mayo que tuvo a Macri exasperado ante una multitud en modo grieta. En la comunicación de este fin de semana, el Presidente volvió a pedirle a Alberto F. que haya interacción entre los equipos económicos de ambos espacios y se tradujo en el contacto directo de Lacunza con Martín Redrado, Guillermo Nielsen, Emmanuel Alvarez Agis. No sólo el “albertismo” es notificado sobre las medidas del Gobierno para acotar los efectos de la crisis. Eduardo “Wado” de Pedro mantiene línea directa con Rogelio Frigerio y Emilio Monzó como interlocutor del ala más kirchnerista del peronismo.
El Gobierno nacional evalúa ahora la posibilidad de enviar una misión a Washington para aceitar el desembolso de los 5 mil millones de dólares pendientes del préstamo del FMI. Está abierta la invitación para sumar a referentes de la oposición, aunque la tregua política no llegaría tan lejos. El contacto Macri-Alberto se tradujo ayer en la reaparición del ala política del Gobierno. Se trata de la “pata” peronista del Poder Eejecutivo Nacional que tiende puentes con Alberto. Frigerio, Monzó, Sebastián García de Luca, Miguel Pichetto y Federico Pinedo -la excepción a la raíz peronista de ese grupo- se reunieron con Lacunza en el despacho del ministro del Interior para recalcular la estrategia legislativa que apunta a aprobar un proyecto de ley que “reperfila” los plazos de pago de la deuda pública (ver nota pág. 5).
Este colectivo filo peronista de Cambiemos es el que advirtió antes de la PASO del 11 de agosto sobre los efectos electorales de la crisis ante el optimismo ciego, o como mínimo el diagnóstico equivocado, de Marcos Peña- El jefe de ministros entró en estado de hibernación y quedó desbordado dentro del Gabinete. El Presidente le quitó no sólo el control de la campaña sino también la custodia del Ministerio de Hacienda que ejercía a través de la subordinación automática del renunciado Nicolás Dujovne. La llegada de Lacunza terminó de empoderar a la mesa política y fue un reconocimiento tardío también para María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, adversarios internos de Peña. Es el fin del discurso triunfalista de cara a octubre para activar una salida negocada a la crisis más allá de la campaña.
Fuente: otrosambitos.com.ar