El vandalismo en los espacios públicos rosarinos es un mal para el que, hasta ahora, no se han encontrado soluciones ni temporarias ni definitivas El problema es de base y exige un trabajo a largo plazo en cuanto a la concientización de la población respecto de la importancia de cuidar lo que es de todos. Sin embargo, los actos vandálicos ocurren a diario y es necesario tomar acción de manera urgente para, por lo menos, evitar las consecuencias aunque no se resuelva, del todo, el problema de fondo.
En este sentido, el concejal de Unión PRO Federal, Carlos Cardozo, presentó un proyecto donde pide al Departamento Ejecutivo Municipal un estudio de factibilidad para la colocación de cercos perimetrales que resguarden el patrimonio público de todos los rosarinos, con apertura y cierre en determinados horarios, que conllevan, además, mejoras en cuanto a la seguridad de los vecinos.
“La intención no es, de ninguna manera, plantear una idea en concreto sino abrir el debate a las distintas opiniones, haciendo caso a la preocupación de los vecinos por el estado general de algunos espacios verdes puntuales de la ciudad”, dijo el concejal.
“No es solo la cuestión patrimonial que implica reparar los bienes vandalizados, sino la imposibilidad de hacerlo en algunos casos. Mayólicas como las del Parque Independencia que ya no se consiguen u obras de arte que por su valor histórico o artístico hacen imposible su reposición constituyen bienes que los rosarinos debemos ponernos de acuerdo en cuidar para mantener el valor patrimonial y cultural de nuestra ciudad”, apuntó Cardozo.
Asimismo, el legislador señaló que el dinero que se destina a reparación dentro del presupuesto municipal va en desmedro de otras partidas presupuestarias que se ven disminuidas por un gasto que podría evitarse o, al menos, reducirse.
En tanto, el edil recordó que existen distintas experiencias en el país y en el mundo donde este sistema ha funcionado con íxito. “El Central Park en Nueva York y distintas plazas en, por ejemplo, Lima, Barcelona y Santiago de Chile, son ejemplos de espacios verdes con horarios de apertura y cierre para evitar los ataques que sufrían en las horas de menor o nula concurrencia de los vecinos”, dijo.
“En Rosario mismo, el monumento a Garibaldi en el Parque Independencia y la plazoleta de Buenos Aires y Santa Fe justo frente al Palacio de los Leones tuvieron resultados exitosos con la experiencia. En el primer caso porque evitó el vandalismo permanente al que era sometido y el segundo porque ayudó a disminuir la inseguridad y los excesos que sufría la zona y respecto de la cual los vecinos habían solicitado una acción concreta”, deslizó.
La ciudad de Buenos Aires está hace tiempo a la vanguardia de este tipo de soluciones, con gran íxito. Desde 1996, con los primeros cerramientos en la zona de Palermo, que se viene implementando esta práctica ha pedido de los propios vecinos y bajo todos los gobiernos de aquella ípoca a la fecha.
“Es nuestra responsabilidad cuidar de los mencionados espacios, que son verdaderos pulmones urbanos, y constituyen lugares privilegiados para el uso lúdico y recreativo. Debemos dar respuesta a las demandas de los ciudadanos que quieren disfrutar de las plazas rosarinas en adecuadas condiciones de mantenimiento y seguridad”, finalizó el concejal Carlos Cardozo.
Fuente: otrosambitos.com.ar