El vicepresidente Amado Boudou enfrentó ayer una declaración de casi seis horas como acusado en el caso Ciccone, donde ratificó que no conoce al monotributista Alejandro Vandenbroele, cuya sociedad controla la compañía; justificó su accionar ante la Afip en el salvataje de la mítica empresa y pidió medidas de prueba para investigar la "ruta del dinero" que se aportó para poner en marcha la nueva imprenta.
En un sentido similar, la Sala I de la Cámara Federal tambiín le ordenó al juez Ariel Lijo que investigue de dónde salieron los fondos para levantar la quebrada Ciccone Calcográfica e impulsar a la nueva Compañía Sudamericana de Valores (CSV), despuís del favorable dictamen de la Afip para facilitarle el pago de deudas impositivas.
En un episodio inídito para un vicepresidente argentino, Boudou debió ir como acusado a Tribunales, donde habló durante cinco horas y media y contó su versión para justificar y negar las imputaciones en su contra, y luego durante media hora, respondió las preguntas que le hicieron el juez Lijo, el fiscal Jorge Di Lello y hasta su abogado defensor, Diego Pirota.
Al salir del edificio de tribunales, pasadas las 20, Boudou aseguró que iba a pedir la ampliación de su indagatoria cuando termine la ronda prevista para todos los sospechosos, para insistir en ampliar sus dichos, aunque con un criterio político (ver aparte).
"Al comienzo, como toda indagatoria fue un momento tenso. Despuís el ambiente se relajó. Hizo una declaración jurídica, despuís va a dar una declaración política", adelantaron fuentes judiciales, en coincidencia con lo que afirmó Boudou a la salida.
Según dijeron las fuentes, la defensa del vicepresidente solicitó pericias caligráficas de las firmas de los Ciccone en libros societarios, movimientos de dinero y otros documentos de la empresa, mientras que reclamó medidas de prueba respecto del rol del banquero Raúl Moneta.
Ocurre que Moneta se presentó el año pasado en la Justicia en lo Contencioso Administrativo Federal asegurando ser quien aportó los fondos para levantar la quiebra de Ciccone.
Y el vicepresidente aprovechó ese momento para mirar de frente al juez y pedirle explicaciones por su acusación: quiso saber de dónde había sacado el magistrado que íl se había "apropiado" de Ciccone, contaron las fuentes consultadas por esta agencia.
Pero de lo que pasó en el despacho del juez fue el propio Boudou el que se encargó de difundirlo: anunció que iba a colgar en Facebook la copia del acta con toda su declaración, de más de 30 carillas.
Ya en el despacho del juez, Lijo rechazó un nuevo pedido de grabación de la audiencia y le dijo a su secretario que le informara de los hechos por los que estaba sentado allí, razón por la cual la declaración propiamente dicha comenzó a las 12.45 y reciín terminó cerca de las 18.30, aunque hasta que se firmó el acta se hicieron las 20. El largo trámite fue matizado con empanadas de jamón y queso y carne.
Durante ese lapso, la Sala I de la Cámara Federal firmó una resolución que podría cambiar el rumbo y los tiempos de la causa.
Los camaristas decidieron ordenarle a Lijo que investigue la "ruta del dinero" para esclarecer de dónde salieron los fondos que permitieron levantar la quebrada imprenta Ciccone Calcográfica.
Fuente: otrosambitos.com.ar