El ministro del Interior y Transporte Florencio Randazzo se sumó al coro de voces oficialistas que, algo desordenadas, respondieron al paro que impulsó ayer sindicalismo opositor. Desde Mendoza, donde se mostró con el gobernador Francisco "Paco" Pírez, el ministro cargó contra los organizadores de la protesta.
"El paro fue extorsivo y de dirigentes gremiales que son parte del pasado, parte del problema que tiene este país desde hace muchísimos años", lanzó. A su juicio, la medida surgió de "la mala política, de aquellos que no entienden cuál es el proceso de transformación de la Argentina".
La huelga fue convocada por las dos CGT enfrentadas a la Casa Rosada, encabezadas por el camionero Hugo Moyano y el gastronómico Luis Barrionuevo. Además de la CTA de Pablo Michelli, la mayoría de los gremios que se plegaron están relacionados al transporte.
"Yo no creo en dirigentes sindicales como los que han convocado al paro. Y mucho menos en Barrionuevo, que ha sido uno de los responsables del vaciamiento de la dícada del 90 del poder que tenía el Estado", dijo Randazzo.
El ministro pidió a los sindicatos del área que le compete que participaron del paro que revisen cuándo hubo una inversión en el sector como la que se registró en los últimos años. "¿Cuál es la explicación por la que pararon los motorman, o la UTA?", disparó. Y en ese sentido aseguró que un colectivero gana 17 mil pesos y un maquinista, 22 mil.
El funcionario justificó además la quita de subsidios a las líneas de colectivos que adhirieron a la medida de fuerza: "El Estado hace un gran esfuerzo para sostener el transporte público, y si no se trabaja y no hay servicio, entonces se va a quitar un día de subsidio".
Randazzo formuló estas declaraciones desde la localidad mendocina de San Martín, donde acompañado por el gobernador, Francisco "Paco" Pírez, presenció la partida del primer tren cargado con vinos producidos por pequeños y medianos bodegueros de la provincia.
Más temprano, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, blanco de cuestionamientos por parte de Moyano, Micheli y Barrionuevo, consideró que ninguno de esos dirigentes tiene "autoridad moral" para criticarlo. "Muchos de estos dirigentes sindicales, que fueron aliados y se beneficiaron, son los que hoy critican. Pero la vida nos cambia. Los enemigos de ayer son los aliados de hoy", declaró.
En tanto, el titular de la cartera laboral, Carlos Tomada, consideró que los jefes sindicales plantearon "incongruencias" al embanderar reivindicaciones que el Gobierno ya tiene en cuenta. "A nosotros no nos modifica ni un ápice en la dirección en la que vamos y en la que vamos a seguir yendo", acotó.
Fuente: otrosambitos.com.ar