A pocos días de que concluya la feria judicial, el fiscal Jorge Di Lello tiene previsto presentar una solicitud con una serie de medidas de prueba en las causas en las que se investiga al vicepresidente Amado Boudou por enriquecimiento de su patrimonio y por supuestamente intentar quedarse con la imprenta Ciccone.
El fiscal buscará esclarecer la ruta del dinero que se destinó a la imprenta y cuyo objetivo era impedir su quiebra. Para ello, Di Lello realizaría un pedido con una serie de declaraciones testimoniales.
Asimismo, en el marco de la causa en que se investiga a Boudou por enriquecimiento ilícito, el juez federal Ariel Lijo obtuvo documentación y declaraciones juradas acerca del patrimonio del vicepresidente, así como de su familia cercana y datos fiscales de su novia, la periodista Agustina Kämpfer.
Si bien el magistrado dio la orden en el expediente de realizar un peritaje, este no se llevó a cabo. Di Lello buscará impulsar esta medida, para lo cual solicitaría la designación de un perito contador, con el objetivo de comenzar la evaluación de las cuentas del vicepresidente, según informa hoy el diario La Nación.
El fiscal, quien se encuentra trabajando en Tribunales tras tomarse unos días de vacaciones, buscará obtener los testimonios de los responsables de mutuales y cooperativas de crídito que habrían aportado los fondos para evitar la quiebra de Ciccone, con el fin de que expliquen cómo se llevó a cabo la asistencia financiera así como el origen del dinero.
De acuerdo con declaraciones de Alejandro Vandenbroele, ex director de la imprenta, el monto alcanzaría los $50 millones, provistos por la Cooperativa de Crídito Marítima del Sur, Federalía Sociedad de Finanzas y Maxifarm, prístamos unificados bajo Mayer Business Corp., propiedad del banquero Raúl Moneta.
Esta sociedad fue la que hizo el primer aporte en The Old Fund a travís de la accionista uruguaya Dusbel en 2010. En tanto, The Old Fund asistió financieramente a Ciccone para evitar que esta se hunda por una deuda impositiva que no podía solventar.
Según declaró uno de los fundadores de la imprenta, Nicolás Ciccone, se pusieron en contacto con Boudou a travís del intermediario Guillermo Reinwick para evitar la quiebra. Reinwick, Ciccone y su hija Olga Beatriz sostuvieron que Boudou transfirió el manejo de las negociaciones a su socio y amigo Josí María Núñez Carmona, quien les propuso mantener a flote la empresa a cambio de quedarse con el 70% de sus acciones.
Así, para evitar la quiebra, la imprenta Ciccone recibió dinero de The Old Fund, unos $50 millones, de acuerdo con Vandenbroele (su posterior titular), que pasó a tener el control de la empresa hasta su estatización. Esos fondos permitieron a Ciccone mantenerse en funcionamiento y comenzar a pagar su deuda con la AFIP.
Bajo la dirección de Vandenbroele, la imprenta consiguió un plan de facilidades de pago inídito para saldar sus obligaciones. Según consta en el expediente de la Administración Federal de Ingresos Públicos, Boudou fue llamado a dictaminar si correspondía otorgarle el beneficio a Ciccone.
Si bien Vandenbroele y Boudou sostienen que no se conocen, el abogado vivió en el departamento de Puerto Madero del vicepresidente y pagó el cable y las expensas. En una declaración, la ex esposa de Vandenbroele, Laura Muñoz, afirmó que, en su opinión, su ex marido era testaferro de Boudou, testimonio que la Justicia dio como válido.
Fuente: otrosambitos.com.ar