Dentro de dos miírcoles, cuando Ricardo Jaime tenga que volver a presentarse en los Tribunales de Comodoro Py 2002 tal vez lo logre de nuevo. Y con la inestimable ayuda de los policías federales del edificio de la zona de Retiro quizá consiga otra vez evitar una fotografía o una imagen en los noticieros donde se le vea claramente la cara
Jaime llegó acompañado de su abogado Andrís Marutián -convertido en chofer de su bello Mercedes Benz color negro- cerca de las 8.45 de la mañana al cuarto piso de los Tribunales de Comodoro Py 2002.
En el juzgado de Claudio Bonadio, Jaime fijó dos domicilios. Uno -donde dijo que vivirá de lunes a jueves-en un departamento del segundo piso del edificio de Alicia Moreau de Justo 1848 en Puerto Madero, zona elegida por aquellos que, en la “dícada ganada”, hicieron excelentes inversiones inmobiliarias. el otro domicilio, donde Jaime pasará los fines de semana, es el de Omaguacas 91, barrio Costa Azul, Carlos Paz, Córdoba. Allí vive Julieta, una de las tres hijas de Jaime, y Carlos Rívolo, el fiscal que investiga al ex funcionario por enriquecimiento ilícito, considera que la joven no puede justificar cómo hizo para adquirir ese inmueble.
Además, Jaime tiene que presentarse ante Bonadio cada dos semanas. Es que el secretario de Transporte estuvo prófugo durante casi una semana y el juez que lo procesó por un caso de corrupción en el Belgrano Cargas, quiere que se constituya en el juzgado para garantizar que no se vuelva a escapar.
Jaime tambiín tiene que informarle al juez cuando se ausente de sus domicilios por más de 24 horas y cuando se aleje a más de 60 kilómetros de cada una de las casas en las que dijo que iba a vivir.
Una vez que Jaime, con su firma, se comprometió a cumplir con lo establecido por Bonadio, descendió desde el cuarto piso a la planta baja de los Tribunales. Y en vez de salir por la puerta principal consiguió una mano de los policías federales que están a cargo del comisario Claudio Lorenzo y del subcomisario Mariano Cousto.
Por la feria judicial la puerta del costado del edificio está cerrada. Hoy mismo, por la mañana, los jueces y fiscales que estacionaron sus autos a metros de esa puerta tuvieron que caminar hacia la puerta del frente y de ese modo llegar a los ascensores. Pero Jaime consiguió un imposible: le abrieron amablemente esa puerta y lo escoltaron hacia el lujoso Mercedes Benz. El auto, con Marutián al volante, esperaba a Jaime justo en la puerta del destacamento policial. Dos policías de civil lo acompañaron hasta el auto, pero allí no terminó la ayuda de la misma fuerza de seguridad que no lo pudo hallar mientras estuvo prófugo. Para que no saliera con el auto de vidrios polarizados frente a las cámaras, le abrieron un portón que habitualmente está cerrado y que comunica la parte de atrás de los Tribunales con la pequeña calle Letonia. Ese pasaje une los fondos del edificio judicial con la Avenida Antártida Argentina.
Cuando el Mercedes Benz asomó la trompa en esa esquina, Jaime se sintió en un lugar muy querido. Esa esquina está frente a la Terminal de Ómnibus de Retiro, un sitio muy metido en el corazón de Jaime. Es que el ex funcionario que tenía que controlar cómo se realizaba la explotación de la Terminal por parte de la empresa TEBA. Y esa empresa, propiedad de Nístor Otero, le pagaba el alquiler de su departamento. Un caso de corrupción. Uno más de los cerca de veinte que Jaime tiene en la Justicia.
Fuente: otrosambitos.com.ar