La debacle que atraviesa Italia suma otro capítulocon la elección en el Parlamento del presidente de la República, con dos nombres que concentran las preferencias, surgidos en las últimas horas, tras freníticas negociaciones que tuvieron como telón de fondo la aún indefinida formación de un gobierno a 50 días de las elecciones y la crisis económica que muestra su peor cara con el cierre de empresas y el despido de trabajadores.
El líder del centroizquierda Pier Luigi Bersani, y el ex primer ministro conservador Silvio Berlusconi, anunciaron ayer por la noche que respaldarán la candidatura del ex sindicalista y ex presidente del Senado, Franco Marini, un democristiano que milita en las filas del Partido Demócrata, de Bersani.
El nombre de Marini, de 80 años, tuvo el beneplácito de Elección Cívica, la agrupación del primer ministro en funciones, Mario Monti, lo que aumenta las chances de que sea consagrado como sucesor de Giorgio Napolitano, en las votaciones secretas de las que participan 1007 electores, entre diputados, senadores y delegados regionales.
“Marini podrá asegurar una convergencia de las fuerzas de centroderecha y de centroizquierda”, aseguró Berlusconi, que a pesar de haber denostado históricamente a la izquierda cerró el acuerdo, cuya contracara es la apertura a un gobierno entre ambas facciones, posiblemente con Bersani como primer ministro, como salida a la crisis institucional, según analistas.
El otro candidato se presenta en nombre del antisistema Movimiento 5 Estrellas, y su nombre surgió de una encuesta en la web. Se trata del prestigioso intelectual y jurista Stefano Rodotá, que aceptó el desafío de ex cómico Beppe Grillo, rechazado en cambio por la periodista de investigación Milena Gabanelli, vencedora de la consulta en internet.
Pero la apuesta de Bersani para resolver la parálisis política que sufre la tercera economía de la Eurozona cosechó el rechazo de dos dirigentes de la fuerza, que anticiparon ayer que promoverán entre sus legisladores el voto a Rodotá, abriendo la puerta a una ruptura en la coalición.
El fuego cruzado político que viene impidiendo la formación de un gobierno recibió días atrás duras críticas de Cofindustria, la principal organización de empresas, que dio a conocer datos desalentadores: en 2012 cerraron en Italia 41 empresas por día y en los últimos cinco años un total de 70.000. La economía se encuentra en recesión y tras caer 2,4% el año pasado, se espera una retracción de 1,5% en 2013.
Más de un millón de personas perdieron el trabajo el año pasado y la tasa de desempleo alcanza al 11,6%, aunque entre los jóvenes la situación es peor, con un índice de 37,8%.
El costado más dramático se plasma en los suicidios de pequeños emprendedores endeudados, que vienen sacudiendo a la opinión pública. CGIA, la unión de pymes y artesanos de Mestre, denunció que al menos 50 pequeños contratistas o artesanos se quitaron la vida en la región de Víneto desde que se inició la crisis.
“Se ha multiplicado el desempleo, los sueldos han bajado, se cierran empresas”, advirtió Susanna Camusso, secretaria de la CGIL, la central gremial más grande de Italia, que pidió al gobierno inyectar más recursos para indemnizaciones y eliminar impuestos.
Para llegar a la presidencia, el candidato debe conseguir dos tercios de los votos en las primeras tres votaciones, y a partir de entonces, puede consagrarse con la mayoría absoluta, es decir 504 sufragios.
Fuente: otrosambitos.com.ar