Lo anticipábamos: “Rossi, excesivamente preocupado por el imaginario acercamiento a niveles acosadores de Miguel Torres del Sel, desafió al Midachi (y a Bonfatti) a un debate televisivo que puede terminar potenciando al actor santafesino, quien solo tendría que esperar a que Rossi y Bonfatti se tiren con las gestiones por la cabeza, para decir, convenientemente asesorado por los expertos porteños del PRO, lo que la gente quiere escuchar, con la experiencia del dominio de escena que posee naturalmente Del Sel”.
Asi fue. Rossi y Bonfatti se cuestionaron mutuamente las gestiones provinciales del socialismo y nacional de Cristina Fernández que el Chivo intenta adosar a su candidatura.
Miguel Del Sel mostró el rostro de un vecino preocupado – y atribulado – por las miserias y desatenciones que descubre recorriendo los pueblos, ciudades y villas de la Provincia (donde se siente orgulloso de que sólo íl puede entrar), contándoles a sus contrincantes – y al resto de los santafesinos – los problemas que desde añares nadie pareció haberle encontrado soluciones; ni el peronismo en sus 24 años de gobierno, ni el prometedor socialismo en estos últimos 43 meses de gestión.
Con dominio de escena, el ex Midachi le habló permanentemente a “Doña Rosa”, repitiendo el mismo discurso que llevara a Reutemann a la gobernación en 1991, esto es, diciíndole a la gente lo que la gente quiere escuchar, oficiando de calificado intírprete de sus problemas con promesas de solución en caso de llegar al poder, aunque sin mayores precisiones de cómo hacerlo: “despuís que gane veremos a fondo como son las cosas”, se sinceró en un momento del debate.
Agustín Rossi comenzó el debate muy nervioso hasta el primer corte comercial, en que seguramente sus asesores le recomendaron dejar de confrontar duramente y hablarle “cara a cara” a sus potenciales votantes, contándoles de manera familiar lo que hará por ellos en caso de llegar a la Casa Gris, cosa que hizo hasta el final.
El Chivo intentó mostrar los favores nacionales para con Santa Fe que, en caso de llegar al poder se verían potenciados, y a su vez oficiaría de levadura para sus propios proyectos.
El oficialista Antonio Bonfatti se mostró dueño de un dominio de sus emociones verdaderamente terapíutico, mostrando los logros obtenidos durante la gobernación de Hermes Binner del cual es su mano derecha, y aceptando lo que resta por finalizar, sin privarse de responder los cruces de Rossi, señalando en todo momento que la Nación, en el caso de las obras públicas y asistencia social no hizo otra cosa mas que cumplir con su obligación, pero que tiene inmensas deudas para una de las provincias mas aportantes al fisco central.
Si Miguel Torres del Sel ganara las elecciones del domingo venidero; o si tan solo llegase a salir segundo, el peronismo reutemista y obeidista, conjuntamente con el socialismo gobernante deberían recluirse en un solar de descanso alejado en la montaña para analizar quí paso en estos últimos 24 años en que “la política” no pudo solucionar ninguno de los problemas que la ciudadanía – hastiada – dejó en manos de un señor bienintencionado que hasta hace dos meses se ganaba la vida haciíndolos reír, terapia recomendada por los mídicos en no pocas ocasiones de extrema angustia.
Si ello sucediera es para que peronistas y socialistas imiten al astronauta Jack Swigert de la Apolo 13: “Houston, tenemos un problema”.
Sobre el final del prolijo debate llevado a cabo en los estudios de Canal 5 de Rosario, Rossi apeló casi al borde del ruego, a que “me den una sola oportunidad para Gobernar Santa Fe”.
Del Sel fue directo a los sentimientos primarios de la gente: sentirse bien y felices; recordó que en su profesión de humorista, “durante treinta años” esa fue una de las gratificaciones recibidas por quienes ahora deberían votarlo para que los gobierne; mientras Antonio Bonfatti ahondó en la necesidad de completar el Plan Estratígico diseñado por el FPCyS en el 2007, exigiendo – como hace Binner hoy día – que le pidan cuentas dentro de cuatro años si llega al poder.
Agustín Rossi carga sobre sus espaldas una dura parada: defender el deshilachado honor kirchnerista mancillado por Mauricio Macri hace una semana. A una semana, el próximo domingo 24 de las generales en Capital Federal (el 31 de Julio) una nueva derrota kirchnerista, y lo que sería mas más humillantes aun, el tercer lugar despuís de Del Sel, significaría un traspií de impensables consecuencias que con seguridad traspasaría las fronteras impactando de lleno en la Casa Rosada, máxime cuando la propia Presidente Cristina Fernández llegará este martes hasta el Gran Rosario para darle una mano a su candidato Agustín Rossi.
Por las dudas, Rossi se cura en salud, no solo aclarando que si no gana la responsabilidad sería solo suya, sino que su jefe de asesores Jorge Fernández salió a desmentir un rumoreado apoyo de ciertos sectores peronistas a Miguel Del Sel; “el 99 por ciento del PJ está con Rossi", dijo Fernández para "desmontar una operación mediática" que deslizó que hay un sector del partido que apoya a Miguel Del Sel. "Es una falacia entre muchas cosas porque Del Sel nunca fue peronista", sentenció Fernández.
Ausencia de encuestas.
Sorprendente: a una semana de las elecciones, salvo la encuestadora del Centro de Estudios Municipales y Provinciales del socialismo Nora Ventroni, quien difundió un detallado sondeo provincial en el que vaticina un amplio margen para el candidato ganador sobre su inmediato perseguidor, y un ajustado márgen de tan solo tres puntos entre íste y el tercero, no hay otros sondeos que- a diferencia de las primarias – hayan llegado a las mesas de trabajo de los Medios y periodistas, mas allá de los consabidos partes o llamados telefónicos con supuestos sondeos sin detalles tícnicos.
Transformando en números absolutos los porcentajes de Ventroni (similares a los del santafesino Robustelli en sus proyecciones), el próximo Gobernador obtendría poco más de 700.000 votos; el segundo orillaría los 450 a 500 mil, y el tercero en discordia superaría los 400 mil sufragios.
Si tomamos en cuenta que el venidero domingo 23 iremos a votar un millón setecientos mil santafesinos, las cifras antes mencionadas no aparecen tan descabelladas, descontando los votos en blanco y anulados.
Fuente: otrosambitos.com.ar