Verdades y mentiras de las dietas

El Dr Alberto Cormillot separa ciencia de mitos en la industria del adelgazamiento en Otrosambitos (Pop Radio 96,1). Hace 20 años, una porción de pizza tenía 500 calorías. Hoy, con un tamaño casi doble, cuenta con 850. El pochoclo, con 270 calorías, ahora sufre de inflación frente a las 630 calorías del pop corn que se consume en una sala de cine de las cadenas más modernas. La torneada botellita de vidrio de Coca-Cola engordó a tal punto que pasó de las 97 calorías originales de su envase de vidrio, a la lata de 334 cm cúbicos con sus 145 calorías, y cada envase de medio litro, de súbito agigantado a 242 calorías. Paradójicamente, y enfrentada a tal abuso de porciones, la venta de productos alimenticios light aumentó un 21% (en el 2007), 6 de cada 10 familias argentinas se llevan a la boca algo etiquetado como light, y ni siquiera el ultracalórico dulce de leche logró escaparle a la industria del adelgazamiento. Ahí mismo, en el momento del mordisco al bife que si antes pesaba 200 gramos hoy no baja de 500 en los restaurantes más respetados, y suspendidos sobre el agua saborizada que se anuncia como 0 azúcar, llegan los consejos de los más variados gurúes de dietas para lograr un cuerpo estilizado en 15 días, antes de que se acabe el mundo invernal y llegue el tan ansiado (y ahora temido) verano.

La vida alimenticia del hombre de las cavernas era definitivamente más sencilla. Basada en proteínas, montada sobre una cantidad de ejercicio físico indispensable para cazar y defenderse, y alejada de las grasas y los hidratos de carbono no daba lugar para atiborramientos, y tampoco para ayunos. Ahora, la pelea casi diaria no estriba en hallar comida y sobrevivir, sino en desentramar de cada etiqueta cuántas calorías tiene un alimento, quí componentes, quí porciones.

Y, cuando el cuerpo se expande al ritmo de las comidas engordantes, ayudarlo a reducirse con medicamentos que mueven un mercado de 65 millones de pesos sólo en la Argentina. Difícil mantenerse al margen de semejante batalla cuyo rehín es, ni más ni menos, que el cuerpo, su salud y su bienestar.

Fuente: otrosambitos.com.ar