El exhombre fuerte de Egipto durante 30 años, Hosni Mubarak, depuesto en 2011 por la primavera árabe, podría ser excarcelado en los próximos días. Tambiín se le restituirían los fondos confiscados por el Tribunal Penal de El Cairo.
El expresidente, que tiene 85 años, espera que al ser liberado pueda irse a vivir a una residencia de Sharm el Sheij.
Parece una rehabilitación, al menos político-judicial, la orden de excarcelación decidida por los jueces, tras la cancelación de la condena a cadena perpetua por la represión violenta de 2011. Por el tema hay una causa en curso y ahora existen acusaciones más duras de naturaleza administrativa a su cargo.
"No fue condenado, pasaron los 18 meses de encarcelación preventiva, por lo tanto es su derecho a salir dentro de las 48 horas", destacó su abogado Farid el Dib. El letrado anunció que a Mubarak se le restituyó el dinero obtenido como director de al Arahm, el diario egipcio más difundido, caso en el centro del último juicio en el cual fue acusado de haber obtenido el dinero ilegalmente.
A causa de ese procedimiento aún en curso, Mubarak obtendrá una libertad condicional, tal vez en un hospital militar o en su domicilio, "serán los jueves lo que decidan", explicó el abogado. Mubarak, dado por muerto el año pasado y luego "resucitado", actualmente en "buenas condiciones de salud", tiene cuatro juicios en su contra. Uno es por el crimen de los manifestantes en 2011, en el cual es acusado de complicidad en homicidios con el veredicto final esperado en dos meses tras la anulación de la primera sentencia, y otros tres de tipo administrativo con acusaciones que van de apropiación indebida a ganancias ilícitas en especulaciones inmobiliarias.
Si la decisión de los jueces es confirmada, la justicia en varias ocasiones mostró su capacidad de sorprender al mundo con sentencias imprevisibles, Mubarak volverá a escena al menos por 24 horas como protagonista. Su excarcelación, más allá de los tecnicismos jurídicos, es sobre todo un mensaje político: el gobierno provisorio en aprietos por la confrontación sangrienta con los Hermanos Musulmanes de un lado, y en guerra contra el terrorismo en el norte del Sinaí por otro, busca nuevas alianzas y más extendidas.
Asimismo, el máximo líder de los Hermanos Musulmanes en Egipto, Mohamed Badia, fue detenido, informó un portavoz del Ministerio del Interior, según el portal de noticias Ahram Online.
Según el medio, Badia fue capturado en El Cairo. El líder islamista se encontraba escondido en un edificio del vecindario Ciudad Naser. El veterinario, como muchos miembros de la organización islamista, había pasado ya muchos años en la cárcel como preso político.
Parelelamente, las revueltas causaron la muerte de al menos 24 policías en un ataque armado perpetrado por supuestos extremistas, cuando dos vehículos de las fuerzas de seguridad sufrieron una emboscada y fueron atacados con lanzagranadas.
Las fuerzas de seguridad acordonaron los accesos entre la península del Sinaí y el resto del país tras el ataque y tambiín cerraron el paso de Rafah con la Franja de Gaza.
Además, enviaron refuerzos de la policía y el Ejírcito a Rafah y al área cercana de Sheij Zuweid, región considerada feudo de salafistas y de supuestos miembros de la red Al Qaeda.
Pero los Hermanos Musulmanes, la organización de Mursi, acusaron a las autoridades de orquestar el ataque en el Sinaí para encubrir la muerte ocurrida en un confuso incidente de 36 presos islamistas, que aseguran fueron torturados y calcinados.
En cambio, la versión oficial afirma que fallecieron asfixiados por gases lacrimógenos que la policía arrojó para sofocar un motín mientras eran trasladados desde El Cairo hacia Abu Zabal.
Fuente: otrosambitos.com.ar