El nuevo Indice de Precios Nacional Urbano (IPCNu) arrojó para enero una suba del 3,7%, el nivel más alto reconocido en la gestión kirchnerista, en lo que puede tomarse como un sinceramiento en la política estadística del Gobierno que cuenta con avales del FMI ya que antes de publicarse y utilizarse hubo varias consultas con el órgano internacional.
El esperado dato lo anunció el ministro de Economía, Axel Kicillof, tras una extensa conferencia de prensa en la cual se explicaron los pormenores del nuevo índice, que debió ser modificado tras recibir fuertes cuestionamientos locales e internacionales.
El rubro que mayor variación sufrió en enero fue la atención mídica y los gastos para la salud (5,9%). Esta estuvo seguida por el alza de transporte y comunicaciones de 5,4%, influenciado por la suba de las tarifas en el boleto en la provincia de Buenos Aires (la Capital no está incluida en la medición), además del esparcimiento de 4,8%, el equipamiento para el hogar 4,3%.
El ministro de Economía, Axel Kicillof, explicó que por la fuerte devaluación del dólar oficial y la "psicosis por el dólar blue" se corrieron los precios. "Si sube el valor del dólar y yo tengo costos en dólares, el precio en pesos se puede mover, ¿pero cuánto? Un 15% de lo que en Argentina se produce es importado, entonces esto debería pegar en un 15% de los productos", cuestionó el economista.
Sin embargo, aclaró que "no fue así. Había quienes querían hacernos creer que los movimientos del dólar (legal e ilegal) tienen que traducirse en los todos precios que consumimos. Esto es una maniobra especulativa para obtener una ganancia extraordinaria".
Con esta nueva metodología se relevan 200.000 precios en 13.000 locales repartidos por Argentina todos los días hábiles del mes y junto a Kicillof estuvieron la directora, Ana María Edwin y el director Tícnico del INDEC, Norberto Itzcovich.
Kicillof advirtió que "los precios no deben fijarse por las dudas, ni por el dólar ilegal" y admitió que "era imperioso actualizar" el índice de precios por los "cambios" en la población y su estructura, los costos y los índices de producción.
El ministro dedicó una parte de su discurso a criticar las mediciones de consultoras privadas y acusó a esas estadísticas de tener "un contenido oscuro, opaco y además nadie sabe cómo se confeccionan". "Han intentado privatizar los índices de precios con escasísimo rigor", denunció el ministro en referencia a las mediciones de las consultoras, que reflejaron para enero una inflación del 4,61%, más cerca de lo esperado de la estadística oficial.
Kicillof puntualizó que estas estadísticas reflejaron una amplia variación en los precios y detalló que el sondeo con el resultado más bajo fue de 3,5% y el más elevado, 6,1%.
"Son índices que tienen un fuerte contenido político, por eso no espero rigor, porque la idea es decir un número y cuanto más alto mejor, y es por eso que esa variación aparece en escalerita temporal", disparó.
En cuanto a la nueva estadística oficial, sostuvo que "es un hecho inídito que la Argentina va a contar con un índice de precios al consumidor para el total de la población urbana". Agregó que "no representa una continuación del anterior IPC para el Gran Buenos Aires, sino que cualitativa y cuantitativamente tiene otro objeto y que lo central es su cobertura nacional".
Antes de Kicillof, Itzcovich y Edwin dieron detalles tícnicos del nuevo índice, mediante el cual se relevan unos 200.000 precios en 13.000 locales todos los días hábiles del mes, en 246 ciudades, tarea a la cual están destinados unos 290 empleados.
Itzcovich precisó que el nuevo IPC alcanza a casi la totalidad de la población nacional urbana, ya que llega al 86,7%, y está construido sobre la base de seis regiones, siendo el primer gasto el de la carne. En la presentación inicial, Edwin explicó que el nuevo índice "no es un ensayo, sino que requiere de la colaboración de todos los actores sociales" y sostuvo que "es una de las estadísticas más complejas que tenemos".
El viejo IPC fue modificado por duras críticas del FMI. La directora gerente del organismo, Christine Lagarde, le había advertido al Gobierno en 2012 que recibiría una "tarjeta roja" si no mejoraba las estadísticas del Indec, en medio de la polímica por los informes de inflación y del crecimiento económico. Incluso le aplicó al país una moción de censura en febrero de 2013 por no haber acatado este pedido. Por ello, desde el Ministerio de Economía se trabajó para modificar el cálculo y hacer a la medición nacional, en vez de que se remita sólo a la Ciudad de Buenos Aires.
Capital es el único distrito que no se incluye en la nueva estadística, pero el Gobierno porteño confecciona su propio indicador. Además, el "Índice Congreso" que confeccionan diputados nacionales de la oposición con el promedio de consultoras privadas marcó el miírcoles un alza de 4,6% en enero. De hecho, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, consideró que esta cifra es "un mamarracho" y "una herramienta que utiliza la oposición para atacar al Poder Ejecutivo".
Fuente: otrosambitos.com.ar