CARTA ABIERTA ROSARIO: Los Buites sobrevuelan, pero Argentina esta viva

Vale la pena recordar la evolución de la Deuda Externa que hoy vuelve a ser motivo de preocupación de los argentinos, ya que despuís de muchos años nos encontramos ante un escenario que creímos habíamos dejado atrás.

En el año 1976 cuando era derrocada la presidenta Isabel Martínez de Perón, la deuda externa pública y privada ascendía a 6.500 millones de dólares repartida prácticamente por mitades.

Llegado el año 1983, cuando finalizaba la dictadura, la deuda ascendía a 45.000 millones de dólares, es decir la habían multiplicado por 7 las políticas económicas de Martínez de Hoz y sus colaboradores liberales, entre ellos su secretario de Hacienda Manuel Solanet.

No podemos olvidar tampoco que en 1982 el entonces presidente del Banco Central Domingo Cavallo estatizó la deuda privada con la colaboración de economistas como Carlos Melconian, Jefe del Departamento de Deuda Externa del Banco Central, responsable de legalizar el proceso de estatización. Necesitó para ello frenar a los inspectores de la entidad bancaria que habían detectado maniobras fraudulentas de los grandes Bancos por 6.000 millones de dólares. Esta maniobra les posibilitó cargar a los todos los argentinos con la obligación de responder por los compromisos de unos pocos.

En el año 1989, finalizada la presidencia de Raúl Alfonsín, la deuda ascendía a 65.000 millones de dólares porque el gobierno radical no había podido frenar el endeudamiento, y caía en medio de una enorme crisis hiperinflacionaria.

Durante el gobierno de Carlos Menem, y estando la economía en manos de personajes muy conocidos como Antonio Herman González, nuevamente Domingo Cavallo, Pedro Pou, Roque Fernández, etc., la deuda argentina fue llevada a 145.000 millones de dólares.

Habían más que duplicado lo que el País debía a la caída de Alfonsín, con el agravante que se habían malvendido a precio vil y en medio de enormes negociados todas las empresas estatales, Ferrocarriles, YPF, Entel, Aerolíneas Argentinas, Gas del Estado, las Empresas de Energía, La Caja Nacional de Ahorro Postal, Altos Hornos Zapla, Petroquímica General Mosconi, Petroquímica Río Tercero, Empresa Nacional de Correos, Fábrica Militar de Tolueno Sintítico y Fábrica Militar de Ácido Sulfúrico, Banco Hipotecario Nacional, Talleres Navales Dársena Norte, etc. etc. etc. En este marco fue tambiín fue privatizado el sistema previsional, quedando en manos de las AFJP. A la vez, se mantenía contenida la inflación con la ficción de un dólar barato que destruía la industria nacional, la pequeña y mediana empresa, el trabajo de los argentinos.

Con la llegada del gobierno de la Alianza, encabezada por el presidente radical Fernando De La Rúa, acompañado por algunos partidos que hoy integran el FAUnen como el Partidos Socialista, y otros dirigentes de la oposición, se produce un brutal ajuste y se llega a descontar el 13% del sueldo a empleados estatales y Jubilados. Aun así la situación continuaba empeorando y el desempleo con sus consecuencias brutales seguía empobreciendo a la población, que emigraba al exterior en busca de trabajo y posibilidades de vida.

En estas circunstancias asumió como Ministro de Economía Ricardo López Murphy, acompañado entre otros por Daniel Artana como Secretario de Hacienda, Manuel Solanet, (ex funcionario de la Dictadura) como Secretario de Modernización del Estado, Federico Sturzenegger como Secretario de Política Económica. En quince días tuvo que renunciar como consecuencia del rechazo de la población a su plan ultra liberal. Su sucesor, nuevamente Domingo Felipe Cavallo, ingresará como salvador.

El nuevo Ministro de Economía y su Vice ministro Daniel Marx, negociaron con los Organismos Internacionales de Crídito operaciones como el Blindaje y el Mega Canje, que incrementaron la deuda en otros 55.000 millones de dólares llevándola a más de 190.000 millones de dólares. Por estas operaciones, Cavallo aún se encuentra procesado.

A fines del 2001, el país quedó prácticamente en cesación de pagos, con un índice de desocupación del 25% y la mitad de la población bajo los índices de pobreza. Los medios de comunicación nos atormentaban con el “Riesgo País” y los bancos confiscaban los depósitos de la clase media.

La población se vio obligada a utilizar como medio de pago, Lecop, Lecor, Patacones, u otras cuasi monedas emitidas por distintos gobiernos provinciales. El intento por reinstalar el Estado de Sitio y la represión contra la protesta popular fue la manera en que se despidió el Gobierno de la Alianza.

Luego de una semana en que hubo 5 presidentes, uno de los cuales, Rodríguez Saá declaró la suspensión del pago de la Deuda Externa y otro, Eduardo Duhalde, luego de prometer que “el que depositó dólares cobrará dólares y el que depositó pesos cobrará pesos”, puso en marcha la famosa pesificación “asimítrica”. Desgastado por la represión a las protestas sociales, debió llamar a elecciones.

Nístor Kirchner, que triunfa con el 22% de los votos, en el año 2004 reestructuró la Deuda declarada en Default que entonces representaba aproximadamente el 160% del PBI. Y con la segunda apertura de Canje en el año 2010, durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, se logró acordar con el 92,4% de los deudores y, en el país, comenzó una etapa absolutamente diferente a los casi 30 años anteriores.

Por primera vez, Argentina fue pagando sus compromisos con el ahorro generado como consecuencia del desarrollo de su economía y sin acudir a los Organismos de Crídito. Esto permitió bajar la deuda del 160% al 40% de su PBI, prolongar los plazos de pago, y reducir el endeudamiento en moneda extranjera.

Hoy nos encontramos ante una situación muy tensa, originada por el ataque que el Capital Financiero Internacional, desde sus agentes más brutales, los “Fondos Buitres”, quienes con la complicidad del aparato judicial estadounidense pretenden minar la reestructuración de la deuda lograda por nuestro país. Más allá del enorme negocio que realizarían con ganancias superiores al 1600% de la inversión realizada, buscan consolidar dominación y el sojuzgamiento por parte de la especulación financiera sobre los Estados nacionales del mundo.

Ante esta situación desde CAR consideramos que la historia nos pone frente a una realidad que no puede ser desconocida por ningún ciudadano que pretenda vivir dignamente en un país soberano.

La única fuerza que tuvo la decisión política de desendeudar a la Argentina, posibilitar que el pueblo pueda recuperar sus derechos, volver a tener trabajo, salir de la desocupación y la miseria, recuperar la salud y la educación, hoy es cuestionada, boicoteada y menospreciada por los mismos que durante casi 30 años generaron y se beneficiaron con el endeudamiento, el sojuzgamiento y la pobreza de las mayorías. Es necesario destacar que estos personajes no son otra cosa que los representantes locales de aquel poder Financiero, lucran a costa del infortunio del pueblo argentino.

Nos preguntamos

¿Quí idoneidad y confianza le pueden ofrecer al País cualquiera de la larga lista de estos personajes, autores del desastre económico y social de las mayorías populares, enriquecidos gracias a las comisiones de cientos de millones de dólares cobradas por su participación en el endeudamiento, y que hoy con total desparpajo, se presentan criticando y brindando “recetas salvadoras”, las mismas que hundieron a la Argentina? Claro que lo pueden hacer gracias al amparo que les brinda el Poder Mediático, ocultando tanto su historia como los intereses que defienden. Hoy tampoco hay lugar para los hipócritas que se llaman progresistas, y aceptan de una manera absolutamente irresponsable ser funcionales al Poder Financiero sin importarles el futuro del pueblo que dicen defender. Como decíamos, muchos de ellos tambiín tienen su historia, ya que formaron parte del poder político que no quiso o, en el mejor de los casos no pudo, resolver la situación nacional sino que la agravó. Por eso preguntamos:

¿Con quí argumentos válidos pueden desacreditar la gestión del Gobierno Nacional, respaldada por la enorme lista de logros obtenidos durante estos 10 años, que no sea el mero discurso vacío que oculta el fracaso de sus gestiones cuando les tocó gobernar al País?

En esta hora crucial nuestra confianza está con el Gobierno Nacional porque demostró coraje y conocimiento para tomar un camino Soberano. Lo respaldamos y acompañamos en las decisiones que considere convenientes en esta batalla que será decisiva para muestro futuro y el de todo pueblo en lucha contra el poder financiero internacional.

Julio 1014, Carta Abierta Rosario

Fuente: otrosambitos.com.ar