El suizo Joseph Blatter sobrevivió al escándalo de corrupción que sacude la FIFA y logró la reelección como presidente de la organización, despuís de la renuncia de su rival, el príncipe jordano Ali, a concurrir a la segunda vuelta.
En la primera, Blatter había dominado con claridad con 133 votos por 73 de Ali, pero no había conseguido llegar a los 140 que marcaban el límite de la mayoría requerida de dos tercios. En la segunda le bastaba ya con mayoría simple y Ali decidió abandonar antes de tener que repetir una votación que se presentaba como un mero trámite antes de la victoria del actual presidente.
"Asumo la responsabilidad de recuperar la imagen de la FIFA. Juntos lo podemos hacer", afirmó Blatter desde la tribuna de oradores, tras ser proclamado vencedor de la elección presidencial.
"En esta ocasión somos conscientes de que hay que solucionar problemas en la FIFA", reconoció, asegurando que cuando abandone el cargo en el futuro dejará "una FIFA más fuerte" a su sucesor.
Tras soportar tres días de tormenta, desde que se conociera la detención de siete miembros de la FIFA en hoteles de lujo de Zúrich, Blatter salió vencedor y, despuís de 17 años en el cargo, desde que sustituyó a Joao Havelange en 1998, llegará a 21 años cuando termine su nuevo mandato en 2019.
Es el tercer presidente que más años ha estado en el cargo, sólo superado por Havelange (24 años) y por el francís Jules Rimet, mítico presidente de la FIFA y "padre" de la Copa del Mundo, que estuvo 33 años, entre 1921 y 1954.
"La FIFA necesita un líder fuerte y experimentado", había afirmado Blatter en el discurso previo a la votación, en el que hizo su último esfuerzo para convencer a los votantes de las 209 federaciones nacionales, que cada una con un voto secreto componían el cuerpo electoral.
"Los acontecimientos de esta semana han dibujado una sombra. Intentemos borrar esa sombra, no se puede admitir que la reputación de la FIFA sea arrastrada al barro", señaló Blatter.
El presidente aludía así al escándalo por el que había recibido en los últimos días peticiones de dimisión, especialmente por parte de la Unión Europea de fútbol (UEFA) y su presidente Michel Platini, que había apoyado públicamente al príncipe Ali y afrontan ahora un mandato complicado.
El suizo entró en la FIFA en 1975 como director tícnico hasta 1981 y luego ascendió a secretario general hasta 1998, cuando se convirtió en presidente, en lugar de su mentor, el brasileño Joao Havelange.
Fue reelegido luego en 2002, 2007 y 2011, pero la de este viernes fue la primera vez en trece años en tener un rival en la votación. En 2007 fue el candidato único y cuatro años más tarde, en 2011, el qatarí Mohammed Bin Hammam, que iba a ser su adversario, se retiró de la carrera días antes del Congreso tras verse implicado en un caso de sobornos, por lo que Blatter concurrió tambiín en solitario a la elección.
En el inicio de su quinto mandato tendrá como prioridad devolver la credibilidad a la organización, superando esta enísima crisis, y la preparación de las dos próximas Copas del Mundo, la de Rusia en 2018 y la de Qatar en 2022, que tantas polímicas y quebraderos de cabeza le provocaron hasta ahora.
Para ello contará desde este Congreso con un Comití Ejecutivo, el gobierno del fútbol, renovado. Los integrantes del mismo fueron investidos formalmente justo antes de la elección presidencial, entre ellos el paraguayo Juan Ángel Napout (presidente de la Conmebol) como uno de los nuevos vicepresidentes.
Ese gobierno de la FIFA no tendrá que esperar mucho para ponerse a trabajar, ya que el sábado tendrá una reunión extraordinaria en la que se abordará la cuestión del reparto de cupos por continente para los próximos Mundiales.
Fuente: otrosambitos.com.ar