Gobierno: sólo una semana para pasar de la seducción al veto

 

"El último que confió en un Senado fue Julio César en Roma". La frase resume el espíritu que rondaba ayer al Gobierno. La poca confianza que existe en el Gobierno en que los senadores peronistas puedan enfrentar el costo político que les implicaría rechazar el festival de gasto que aprobó Diputados tras el acuerdo entre Sergio Massa y el kirchnerismo, terminó por dinamitar ayer el poco ánimo que quedaba en Cambiemos sobre una solución al brete en esa cámara. #El pánico es que el Senado ya no sea la linea Maginot. Esa certeza que crece hora tras hora, sobre todo por las confesiones de Miguel Pichetto (ver nota aparte), justifica que ayer el propio Mauricio Macri sobre las chances de un veto, algo que ayer sentenció con mas dureza Gabriela Michetti. Tan tremendo y a la vez simple fue el cambio en dos leyes que debió aceptar el Gobierno sobre su relación con el PJ del Senado: de ser el garante de la gobernabilidad al prestarle votos pasó al puesto de potencial verdugo. No contaron en la Casa Rosada con que el peronismo es eso: peronismo. Y que por lo tanto aunque jugaran con la idea de una Cristina de Kirchner desgastada como la sparring ideal, siempre el PJ puede volver a la unidad. Lo han hecho durante décadas y ahora con Massa como artífice.

Como siempre, en segundo plano, tras los conflictos entre las bancas del Senado, aparecen los gobernadores, que no siempre consiguen que sus legisladores obedezcan órdenes, aunque en este caso no está en juego la política, como sucedió en el caso de la reforma electoral y el tecno-voto, sino la caja.

Ayer comenzó la presión sobre los gobernadores peronistas con un mensaje claro desde la Casa Rosada: les enviaron, a modo de recordatorio, el gráfico sobre el laberinto de la coparticipación. Con eso el macrismo quiere demostrarles que la relación hoy no es 50 a 50 con la Nación, sino que en el caso del Impuesto a las Ganancias las provincias se llevan mas del 60%. Es decir, los que mas pierden con el proyecto Massa que subió el mínimo no imponible en Ganancias creando un rosario de impuestos de dudosa recaudación, tiene un costo fiscal más alto para ellos que para la Casa Rosada.

Un aparte sobre este tema. Juan Manuel Urtubey, Domingo Peppo, Gustavo Bordet, Juan Schiaretti, Hugo Passalacqua, Alfredo Cornejo, Gerardo Morales, Ricardo Colombi y Omar Gutiérrez, de una u otra forma dictaminaron en contra de una suba dispendiosa del mínimo no imponible en Ganancias sobre salarios. A esa posición de neto corte fiscal desde ayer se le agregan otros items para la pelea. Por ejemplo, el impuesto sobre las minera con la marcha atrás de la baja de retenciones. O los tributos sobre el juego, que en muchos casos es potestad de las provincias y no sólo de la Nación. Lo sabe Horacio Rodríguez Larreta que tiene el juego transferido a la órbita porteña, pero demorado en su efectividad por peripecias de la Legislatura porteña.

Para el peronismo del Senado la situación es mas que incómoda. Todos los peronistas allí lo reconocían y el humor estaba lejos del de los diputados. El Gobierno más aún, sobre todo cuando ayer se les recodaba que tanto Emilio Monzó como sus socios radicales les venían advirtiendo de la irracionalidad de habilitar en extraordinarias el debate de la reforma a Ganancias cuando no estaban seguros los votos y se dependía del PJ.

Macri necesita ahora un cambio, una sola reforma al proyecto en el Senado para que vuelva a Diputados. Con eso se garantizaría pasar el verano sin la crisis de Ganancias, pero con la presión social encima. De lo contrario se le abrirán dos caminos: apelar a la doctrina de los vetos por partículas, que Carlos Menem aplicó con destreza para descartar los articulos que no le interesaban dentro de leyes clave o simplemente apelar a un veto total. En este último caso comenzaron a recomendarle, el decreto de veto deberá estar acompañado de una resolución de la AFIP, como las que hacía firmar Cristina de Kirchner, que disponga una suba contundente en el mínimo no imponible de Ganancias, único paliativo posible para frenar la bronca que esa decisión generaría.

Fuente: otrosambitos.com.ar