Temer, desafiante: "No renunciaré, destitúyanme si quieren"

 

En medio de la profunda crisis política en Brasil y ante el desaire de los partidos aliados, el presidente Michel Temer reiteró que no renunciará incluso si es acusado formalmente por el Tribunal Supremo, de acuerdo a una entrevista publicada por el diario Folha de S. Paulo.#

Con el mayor grupo de medios del país, Organizaciones Globo, y el opositor del Partido de los Trabajadores (PT) de los expresidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff reclamando su renuncia, Temer le dio una entrevista al periódico en la que afirmó que sus contrincantes deberán trabajar para sacarlo del Palacio del Planalto.

"Mantengo la serenidad: no voy a renunciar. Si quieren, que me derriben, porque si yo presento la renuncia es una declaración de culpa". Además dijo que pecó por "ingenuo" y que quiere pasar la imagen de que el jefe del Estado "no está perdido", por lo cual buscará aprobar las reformas del ajuste económico que su gobierno impulsa en el Congreso.

"No renunciaré. Destitúyanme si quieren, pero si me retiro, estaría admitiendo culpa", sostuvo Temer, tras negar acusaciones de corrupción y de obstrucción a la justicia en una extensa investigación sobre pago de sobornos.

Los aliados en el Congreso le habían dado un ultimátum a Temer: si la corte suprema resolvía rechazar suspender la investigación el miércoles, se iban del gobierno.

Tras haber sido grabado en forma secreta por el empresario corruptor confeso Joesley Batista, dueño del gigante de alimentos JBS, el mayor frigorífico del mundo, nueve pedidos de juicio político fueron presentados ante el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, número 2 del país y aliado de Temer en las reformas económicas como la reforma laboral y la jubilatoria.

Maia es clave: tiene la llave para aceptar o no los pedidos de impeachment y además, en caso de renuncia de Temer, será el jefe del Estado encargado de llamar a una elección indirecta, para la cual también es candidato junto con Meirelles y la jefa de la corte, Carmen Lucia Antunes, entre otros.

En el centro del escenario jurídico Temer dio su versión del diálogo que tuvo con Batista, hoy en Estados Unidos tras prometer multas a la fiscalía general por haber corrompido a más de 1.800 políticos brasileños.

Temer dijo que recibió pasadas las 22 el 7 de marzo pasado en su residencia oficial al empresario que "estuvo 15 días entrenando para llevar la conversación a favor de su delación".

Comentó que pensó que el empresario lo encontró en el sótano del Palacio do Jaburu de Brasilia para hablar sobre la operación de la carne podrida. Pero esa operación ocurrió 10 días después de esta reunión, apuntó la prensa, aumentando más los problemas del presidente.

La grabación presenta a Temer avalando un pago sistemático de sobornos de JBS para supuestamente comprar el silencio del ex presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha y mandando a negociar con su ex asesor personal y diputado Rodrigo Rocha Loures, filmado días después recibiendo sobornos por 500.000 reales en una pizzería de San Pablo.

La acción fue filmada por la Policía Federal, las valijas de dinero tenían chips para rastrearlos y los billetes estaban marcados.

Sin citarlo, envió una crítica hacia la Fiscalía General de la República (PGR), dirigida por Rodrigo Janot, por el acuerdo de delación premiada firmado por Joesley y Wesley Batista, quienes el 10 de mayo se mudaron a Estados Unidos en libertad, luego de haber confesado haber corrompido a más de 1.800 políticos.

Temer cree que tendrá fuerza política en las próximas semanas para aprobar la reforma laboral y la jubilatoria, en el marco del plan de ajuste fiscal, y que la fidelidad del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), su principal socio político, va hasta el 31 de diciembre de 2018.

El PSDB está en revuelo también porque el senador suspendido Aecio Neves, ex candidato presidencial en 2014, fue grabado y acusado de buscar usar a la corte suprema para detener la Operación Lava Jato, además de pedirle sobornos a Batista y hablar sobre la necesidad de asesinar a quien transporta el dinero de las coimas "antes de que se convierta en delator".

La semana pasada la prensa informó que el empresario Joesley Batista, dueño del frigorífico JBS, formalizó una delación premiada en la que presentó una grabación donde Temer aparentemente avaló el pago de un soborno a su exaliado Eduardo Cunha.

El sábado Temer anunció en un mensaje que solicitará al Supremo Tribunal Federal la anulación de la investigación que le fue abierta la semana pasada, alegando que la grabación fue adulterada. Entretanto la Orden de Abogados de Brasil convocó a una reunión extraordinaria que en la madrugada de ayer aprobó por 25 votos a 1 la apertura de un impeachment contra el mandatario.

Sin embargo, la defensa de Temer volvió atrás y retiró el pedido de suspender la investigación, en una estrategia para ganar tiempo, alejar el "efecto ultimátum" e intentar contener a los díscolos que no quieren arriesgar su imagen al escándalo por el que el presidente es investigado en el STF por corrupción, obstrucción de la justicia y asociación ilícita.

Mientras existen apuestas para determinar un eventual sucesor de Temer en el campo político de Brasilia y en la Bolsa de Valores de San Pablo, el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, dijo al JPMorgan, en una teleconferencia con inversores, que la reforma jubilatoria esperada por el mercado podrá demorarse algunas semanas.

Por su parte, la izquierda brasileña salió este domingo a las calles para pedir la renuncia del presidente Temer. Las manifestaciones tuvieron lugar en ciudades de al menos 15 de los 27 estados brasileños.

Fuente: otrosambitos.com.ar