Morales ganó en Jujuy, Manzur alcanzó su segundo mandato y Bordet fue reelecto

El radical Gerardo Morales cosechó su reelección en Jujuy con la reedición de un formato de Cambiemos ampliado a sectores del peronismo, y amasó así el primer triunfo a gobernador para Mauricio Macri en el desdoblado calendario electoral, que apila ya 14 derrotas. Un pergamino que blandirá para blindar la negociación contrarreloj con el PRO para el armado presidencial de cara al 27-O.#

En el marco de un muy lento recuento y escrutado el 15,35% de las mesas, el mandatario -bajo el sello de Cambia Jujuy- se imponía con el 44,3% de los votos ante un peronismo fragmentado en varios candidatos. Pese a ese escenario de oferta partida, el segundo puesto quedaba en manos del sorpresivo candidato del Frente Justicialista, Julio Ferreyra, de 75 años, un outsider que marchó en dupla con el kirchnerista Adrián Mendieta y que tuvo el respaldo del PJ jujeño obteniendo el 30,7% de los sufragios.

Se mantenía así la tendencia de victorias de los oficialismos, pero la de Morales mostraba un margen más acotado que el de otros caciques peronistas que reeligieron este año, alcanzado por la erosión electoral que sufrieron ya otros candidatos auspiciados por el Presidente.

En la otra vereda, Ferreyra desplegaba anoche una buena performance si se tiene en cuenta que el peronismo se presentó partido en varios candidatos, tras el ruidoso derrumbe en los comicios de 2015 con la derrota de Eduardo Fellner que puso fin a la hegemonía del peronismo desde el retorno de la democracia.

En tercer lugar con el 11,6% de los votos quedaba, lejos, el senador nacional de ADN peronista (pero rebelde ante la conducción oficial), Guillermo Snopek (Frente Juntos por Jujuy), cuñado de Morales y enfrentado tras el casamiento del primero con la hoy primera Dama Tulia Snopek.

Poco antes de las 23, esas dos ofertas de raíz peronista, sumadas, empardaban los sufragios de Morales, lo que habla de lo que perdió el justicialismo al no lograr cerrar una fórmula de unidad.

En 2015 Morales se había impuesto con el 58,31% de los votos, contra el 35,79% de Fellner, mientras que Cambiemos había ganado con comodidad en las parlamentarias de 2017.

Morales repitió fórmula con el actual vicegobernador, Carlos Haquim, de extracción peronista, otrora ligado a Sergio Massa y que hoy sintoniza con Roberto Lavagna.

Tras votar, el gobernador había marcado la cancha, con Macri como destinatario. “Yo soy genéticamente frentista, y desde la Convención de Gualeguachú he planteado que tiene que haber un marco mucho más amplio”, dijo, desde un frente que aglutina a 38 partidos, incluídos la UCR, el PRO, GEN, el partido provincial Líder, y sectores del justicialismo -desencantados con el PJ local-, del socialismo y del massismo.

En esa línea, sentenció -en medio del inminente cierre de la presentación de alianzas del miércoles- que a la coalición “le hace falta más peronismo”, con la mira puesta en Alternativa Federal y en Lavagna, de quien fue su candidato a vice en 2007. Además alentó la potencial postulación de una mujer radical para la vicepresidencia. Un mensaje que dará cara a cara a los caciques de Cambiemos nacional, en las próximas horas, en Buenos Aires. En su bunker estuvo la funcionaria Marina Klemensiewcz, en representación del ministro Rogelio Frigerio.

Jujuy representa un exiguo 1,59% del padrón nacional, pero Morales es uno de los integrantes de la Comisión de Acción Política destinada a pilotear las negociaciones con el PRO, de cara a las primarias del 13-A y las generales presidenciales del 27-O.

Ya en 2015 el mandatario había dado muestras de versatilidad, al atar su candidatura -hubo comicios simultáneos- a cuatro boletas presidenciales: las de Macri, Sergio Massa, Adolfo Rodríguez Saá y Margarita Stolbizer.

Con su triunfo, el oficialismo provincial plebiscitó su administración. Un mandato apoyado -aseguran en filas oficiales- en el retorno de la institucionalidad y el orden en las calles con el fin del “gobierno paralelo” y “marcado por los piquetes” de la hoy detenida dirigente kirchnerista Milagro Sala, y en el cambio en la matriz productiva de la provincia, con epicentro en la energía solar y el litio.

En sintonía con la victoria de Morales, el intendente radical Raúl “Chuli” Jorge lograba su reelección en la capital provincial, y convertía a San Salvador de Jujuy en la primera capital que retiene este año la UCR, tras las caídas en Córdoba capital y Santa Rosa y, ayer, Paraná.

Amurallado por un peronismo unido, Gustavo Bordet revalidó la medalla de ganador de las PASO del 14 de abril y fue reelecto gobernador de Entre Ríos por amplio margen. El diputado nacional radical Atilio Benedetti debió volver a conformarse con el segundo lugar para Cambiemos y oficializó un nuevo revés electoral para la Casa Rosada, aunque celebró que la brecha -dijo- se achicó “sensiblemente”.

Con más del 85% de las mesas escrutadas, Bordet alcanzaba la reelección con más del 57% de los votos, seguido por el radical Benedetti que llegaba a más de 35%.

Bordet marchó con el sello del Frente Justicialista Creer Entre Ríos, bajo el cual hilvanó la integración de 11 partidos, incluidas las expresiones del kirchnerismo.

La noche de este domingo en el escenario de festejos junto a la vicegobernadora electa Laura Stratta, el mandatario buscó exportar el armado local y blandió un discurso de aliento a la unidad en el peronismo nacional, en medio de las negociaciones contrarreloj de cara a las primarias presidenciales del 13 -A y las generales del 27 de octubre, y ante una oferta partida entre la dupla Alberto Fernández-Cristina Fernández, Alternativa Federal, Roberto Lavagna y la incógnita de Sergio Massa.

“Hicimos un gran frente en base a consensos y entendemos que debe darse también en el ámbito nacional que, más allá de los nombres propios, nos permita salir de un esquema que prioriza la especulación financiera para ir hacia otro que aliente el empleo y el desarrollo”, aseguró Bordet a las 21.25, ya entrando en el post 9-J y luego de desdoblar y provincializar la elección, una estrategia que dio sus frutos.

En esa línea, en las próximas horas tiene previsto convocar a todos los partidos de Creer Entre Ríos para consensuar una postura conjunta en materia de alineamientos federales.

Pasadas las 21, Benedetti reconoció la derrota. “Hemos mejorado sensiblemente respecto de las PASO pero hay un claro ganador, que es Bordet”, dijo el diputado, que marchó en dupla con el intendente de Basavilbaso y titular del PRO, Gustavo Hein. Además lamentó haber perdido la estratégica plaza de Paraná y admitió el impacto sobre la aspiración reeleccionista del intendente radical Sergio Varisco del juicio que arrancará en septiembre por sus supuestos nexos con narcos.

Benedetti además destacó que la estabilización de la economía incidió en acotar el margen de las PASO ante Bordet, tras haber sugerido en abril que las tensiones financieras y económicas habían influído en el score final de 58,15% vs 33,65%, ante la erosión de un voto castigo contra Mauricio Macri.

Con el triunfo, Bordet -de buena imagen en la provincia- plebiscitó con éxito un modelo de gestión que -remarcan en filas del oficialismo- está “basado en la producción y el desarrollo, y no en la especulación financiera, como a nivel nacional”.

Además dio sus frutos el formato de PJ unido y abroquelado detrás de su candidatura. En 2015 el mandatario había triunfado ante Cambiemos por un margen más ajustado, pero con un candidato del massismo como tercera fuerza y fagocitándole parte del voto peronista.

Otros tiempos: en 2017, Cambiemos había celebrado un ruidoso triunfo en las parlamentarias nacionales, con el propio Benedetti como cabeza de lista.

En la polarizada elección a gobernador se definieron además 17 senadores provinciales, 34 diputados provinciales, intendentes y concejales.

Buena parte de las miradas se dirigieron a Paraná, donde el intendente Varisco, con el sello de Cambiemos, cayó ante el vicegobernador de Bordet, el peronista Adán Bahl. El antecedente de las PASO ya jugaba a favor del peronismo, de manera doble: Bahl fue el candidato a intendente más votado, y su frente -en la sumatoria de sufragios de las líneas internas en juego- cosechó más sufragios que el de Cambiemos.

La performance alimentó el sueño del PJ de recuperar la intendencia, que Varisco le arrebató a Blanca Osuna en 2015, y que ayer se hizo realidad. “El mensaje ha sido muy claro: Paraná ha dicho basta de estancamiento y basta de narcotráfico en la ciudad”, había disparado por esas horas Bahl, en alusión a la causa judicial que investiga supuestos lazos de Varisco con el narcotráfico, por la cual está procesado e irá a juicio oral en septiembre.

Fuente: otrosambitos.com.ar