Nuevamente la calle le dio una sorpresa al Gobierno. Tras la “paliza” electoral, según reconoció el presidente Mauricio Macri, las movilizaciones de gente en distintas plazas del país fueron, por el contrario, una sorpresa positiva para el oficialismo que inyectó ánimo a la Casa Rosada. Es que los equipos de gobierno no apostaban demasiado a que fuera importante la movilización. Que se llenase la Plaza de Mayo fue algo imprevisto para el Gobierno, al punto que Macri espontáneamente decidió concurrir a una Casa Rosada que no estaba preparada para el evento, como quedó claro hasta en los más mínimos detalles (no había siquiera armado un equipo de sonido para el discurso que dio el primer mandatario desde el balcón de la Rosada).#
En realidad, estas movilizaciones reafirmaron una recuperación de la confianza en el equipo gobernante que ya comenzaba a vislumbrarse hacia mediados de la semana. Contribuyeron en este sentido la relativa estabilidad del dólar, que el Fondo Monetario Internacional enviara una misión al país o la arenga del Jefe de Gabinete, Marcos Peña, en el sentido que “sí se puede dar vuelta el resultado electoral”.
“Cuando el Gobierno se asusta hace mejor las cosas”, señalan desde fuentes del sector político que acompaña al Gobierno pero que no participa del núcleo duro del PRO. Al respecto, recuerdan la convocatoria al diálogo o la incorporación del peronista Miguel Ángel Pichetto tiempo atrás o que se decidiera despedir a Nicolás Dujovne del Ministerio de Hacienda, algo que venían pidiendo estos sectores y también pesos pesados del gobierno como Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal y que sólo fue posible tras una rotunda derrota electoral.
Redes Mauricio Macri
Pero en este sector también interpretan que “cuando ganan confianza se cierran”. Desde esta perspectiva, no es casual que haya reaparecido la diputada Lilita Carrió como vocera destacada de la campaña electoral, es decir una de las voces más radicalizadas de la coalición gobernante. Otros sectores políticos que acompañan al gobierno no están del todo de acuerdo con el discurso. “No es una buena estrategia plantear a la gente que o nos vota a nosotros o va en contra de la República, es profundizar la grieta y así nos ha ido”, argumentan.
Estos sectores también hicieron una lectura del acercamiento del candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, a la dirigente cordobesa Natalia de la Sota. Es que Córdoba es una de las provincias que más alegrías electorales le ha dado al macrismo. El armado que el Frente de Todos está intentando realizar en ese territorio amenaza con acentuar el principal problema que enfrenta el gobierno de cara a las próximas elecciones, consistente no tanto en que Macri consiga más votos –se supone que con una mayor asistencia a las urnas podría lograrlo– sino que Alberto Fernández no siga creciendo.
Los equipos de Alberto
En tanto, desde el Frente de Todos siguen tratando de dar muestras de “moderación”. Desde esta perspectiva se entiende que haya circulado con mayor intensidad en los últimos días la versión en cuanto a que Martín Redrado –un hombre con excelente diálogo con las finanzas internacionales– pueda ocupar un lugar destacado en la conducción económica de la oposición si llegaran a ganar las elecciones. Cabe recordar además que Redrado dejó la presidencia del Banco Central enfrentándose con la entonces presidente Cristina Fernández de Kirchner por el manejo de las reservas en divisas.
También va en ese sentido las conversaciones que mantuvo días atrás Sergio Massa con su socio y figura destacada de los Estados Unidos, el ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani, encuentro que contó con la aprobación de Alberto Fernández, según comentan en su entorno.
Desde las oficinas que el candidato tiene en la calle México en la Ciudad de Buenos Aires también se dice que, además del equipo de Redrado, al menos hay otras dos vertientes colaborando con el armado de la política económica de la oposición. Una de ellas la encabeza el ex gerente general del Banco Central y ex subsecretario pyme, Matías Kulfas, acompañado por Cecilia Todesca.
La tercera vertiente la lidera el exsecretario de Finanzas Guillermo Nielsen a quien acompaña Leonardo Madcur, que también integró el equipo económico (como secretario de Coordinación Técnica) que comandó Roberto Lavagna durante las presidencias de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner. Nielsen se especializó en los últimos años en temas energéticos y se especula con que podría ocupar un puesto en esta área.
Uno de sus colaboradores de más confianza es el nieto de Antonio Cafiero, Santiago quien es considerado su principal armador político y que seguramente ocupará un cargo relevante si Fernández es presidente.
Si bien desde el entorno de Alberto Fernández se comenta que se mantienen conversaciones con distintos referentes económicos, como es el caso del “amigo” del presidente Carlos Melconian, sostienen que no se trata más que de eso, contactos, pero los que importan en la mesa chica son estos tres grupos.
Más allá de las especulaciones políticas, tanto en el oficialismo como en la oposición están siguiendo con suma atención las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. En el Palacio de Hacienda confían en que el organismo hará en septiembre el desembolso previsto de unos 5.400 millones de dólares dentro del acuerdo stand by, pero en medios privados se plantean dudas respecto a la 5t revisión y su eventualmente aprobación.
Fuente: otrosambitos.com.ar