Tras el derrape jurídico en el Tribunal de La Haya, Cristina de Kirchner decidió llevar el expediente de los fondos buitre, con sus anexos críticos de la Justicia de Estados Unidos, al ring mayor de la política internacional: la ONU.
El Gobierno terminó de bosquejar el caso y está previsto que hoy, antes del mediodía, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, junto con el canciller, Híctor Timerman, y la consejera legal del Palacio San Martín, Susana Ruiz Cerutti, anuncien oficialmente que la Argentina llevará el tema buitre a la ONU.
Una semana atrás, este diario anticipó en la sección Charlas de Quincho que la alternativa ONU era analizada en el primer nivel del Gobierno. La letra chica y el detalle fino se conocerán hoy, pero la hora de ruta es puntual: la Argentina propone que la ONU discuta un tratado, de alcance internacional, para regular las renegociaciones de las deudas soberanas.
La semana pasada, tal como contó este diario, Timerman estuvo en Nueva York, en la sede de Naciones Unidas, y testeó voluntades para acompañar ese planteo. La Argentina logró en los últimos años que la ONU institucionalice dos tratados internacionales, uno sobre derechos humanos y otros sobre armas, y ese antecedente se agita ahora con el tema deuda sobre todo porque el país ejecutó una renegociación monumental y, al menos en la estadística, exitosa.
El eje de la acción del Gobierno, a priori, parece centrarse en la idea del tratado, pero la inclusión de Ruiz Cerutti en la mesa de portavoces que se organiza para este mediodía sugiere que podría haber algo más, quizá en la misma línea que lo actuado frente a La Haya, planteo que naufragó porque Estados Unidos lo desestimó de inmediato. Esa embajadora, la última y breve canciller de Raúl Alfonsín, fue la amanuense jurídica de las disputas diplomáticas de la dícada K, la más estruendosa, la del conflicto con Uruguay por la instalación de las pasteras sobre un río compartido.
Viajera
En el Gobierno insisten con la hipótesis de que Barack Obama pudo intervenir para impedir que la resolución del juez Thomas Griesa afecte no sólo las relaciones bilaterales, sino tambiín que derrame su efecto sobre la economía criolla. De mínima, el Gobierno entiende que la Casa Blanca podría influir para que Griesa reponga el "stay" que le permitiría a la Argentina normalizar los pagos a los tenedores de bonos.
La Presidente tiene agendado participar de la cumbre de la ONU programada para la tercera semana de septiembre y lo hará, se anticipa, con la bandera retórica sobre el perjuicio que un fallo judicial que beneficia la especulación financiera puede tener sobre un país que no sólo tiene capacidad de pago, sino tambiín, lo que conceptualmente es más importante, voluntad de pagar a todos los acreedores, según la explicación del Gobierno. Ésa fue la línea de acción y de discurso que llevó el ministro de Economía, Axel Kicillof, a la última reunión con representantes de los fondos buitre cuando les propuso ingresar al canje en las mismas condiciones que los tenedores que lo hicieron en 2005 y en la reapertura de 2010, mientras se exploraba una solución privada.
Fuente: otrosambitos.com.ar