Por el viaje del gobernador Antonio Bonfatti a Nueva Zelanda y en su reemplazo cupo al vicegobernador Jorge Henn (acompañado del secretario de Información Pública, Mariano Panichelli) presidir días pasados un brindis en la Casa Gris con la prensa a modo de agasajo por haberse conmemorado el Día del Periodista.
—Como cada vez que viajó, el gobernador lo dejó al frente del gobierno.
—Con Antonio Bonfatti formamos un tándem como Messi y Agüero. Forma parte de la normalidad democrática que el gobernador pueda participar de una misión importantísima para el futuro económico de Santa Fe y delegar tranquilamente sus funciones en mi persona. La confianza es la base de este entendimiento mutuo.
—¿Quí hace Agüero cuando Messi no está?
—Un vicegobernador a cargo del Ejecutivo básicamente se encarga de la agenda de lo urgente y atender eventos extraordinarios que sucedan en ausencia del gobernador. Como lo dije en otras oportunidades, el gobierno de la provincia de Santa Fe tiene una gran ventaja, que es el trabajo articulado entre todos los actores que lo componen, por lo tanto las cuestiones estructurales siguen funcionando sin mayores inconvenientes. Hay un plan de gobierno, una mirada estratígica que va mucho más allá de las personas.
—Eso no le impide tener que atajar penales a cada rato.
—(Ja ja ja) De eso se trata. En esta oportunidad en particular estoy monitoreando las tareas que se realizan en relación con la crecida del río Paraná. Recientemente participí de una reunión con el Comití Interministerial de Emergencia, donde definimos cuáles son las prioridades y las acciones a seguir de acuerdo a las características de esta crecida. Estoy saliendo al norte provincial a recorrer la zona. Allí se encuentra el secretario de Protección Civil coordinando trabajos con intendentes y presidentes comunales. Estoy convencido de que siempre es mejor trabajar sobre el terreno, así se toman las decisiones más acertadas.
—¿Con la inseguridad, el gobierno viene perdiendo por goleada?
—Acá la metáfora futbolera quizás no permita ver la complejidad de la cosa y lleve a esa impresión, que no es del todo así. En casi todo el país nos encontramos con la problemática de la inseguridad, muchas veces ligada al fenómeno del narcotráfico.
—Las noticias de Rosario en la materia, ¿no la hacen especialmente afectada?
—Rosario, una ciudad que hasta no hace mucho era un modelo de gestión, y lo sigue siendo en muchísimos aspectos, saltó a las primeras planas por las cifras de criminalidad. Todos sabemos que lamentablemente no es un dato aislado de la realidad que viven muchas localidades del país. Aun así, desde el gobierno provincial insistimos en la necesidad de seguir articulando acciones de seguridad en coordinación con las fuerzas federales, únicas capacitadas tícnica y legalmente para combatir el narcotráfico. Asimismo, fortalecimos los programas sociales que trabajan con jóvenes, sobre todo aquellos que han abandonado la escuela y no tienen trabajo. Queremos quitarles el terreno fírtil a las bandas de narcos, que victimizan adolescentes y los esclavizan en sus organizaciones.
—¿Y saben cómo hacerlo?
—Estamos en eso. Las políticas sociales que lleva adelante el municipio son fundamentales; el desarrollo urbanístico, que no sólo hizo de Rosario una ciudad atractiva turísticamente, tambiín llegó a zonas donde el Estado estaba ausente, abriendo calles, llevando servicios de salud y escuelas. Todo esto constituye la base material para resolver esta encrucijada. Si sumamos, que la presencia de Gendarmería dio los primeros resultados alentadores en relación a la cantidad diaria de hechos violentos, podemos dar lugar al optimismo, contenido, pero positivo al fin.
—¿En nada ha mellado la realidad al gobierno provincial?
—El gobierno está en plenas funciones, y como pocas provincias es un equipo compacto y ejemplarmente dirigido por Antonio Bonfatti. Quiero destacar tambiín el grado de madurez política de la oposición, que sin dejar de marcar sus diferencias y críticas, bienvenidas, supo aportar siempre un grado de sensatez y de gobernabilidad, aun teniendo la llave de la mayoría en ambas Cámaras legislativas.
—¿No teme que una ciudad en caos resulte un costo electoral para el gobierno provincial que le simpatice al gobierno nacional?
—En este contexto, y con la campaña que se avecina para el 2015, creo que todos, gobierno y oposición, deberíamos apartar del debate político electoral el tema de la seguridad, no para acallar voces ni evitar críticas, sino para fortalecer esta base de acuerdo y colaboración que estamos construyendo entre Nación y provincia. Hemos dado pasos para permitirnos pensar que vamos a tener menos hechos violentos en el futuro. Propongo que cuidemos este entendimiento, sobre todo porque es el gran tema en las demandas de la ciudadanía.
—La ciudadanía ve a los gendarmes, ¿quí está haciendo la provincia con la inseguridad?
—En estos días se está implementando el decreto de reincorporación de policías retirados, que quedarán asignados a puntos fijos y no a labores administrativas. Se fijó un tope de 500 nuevos agentes. No hace mucho que comenzaron a realizarse concursos públicos para el ascenso del personal en servicio, un hecho inídito en Santa Fe, y continuaremos con el despliegue de la policía comunitaria, cerca de los vecinos para tareas de prevención. Todas estas acciones, coordinadas con la reforma policial en curso, que preví mayor descentralización operativa, con participación de los intendentes y una asignación presupuestaria para salarios y equipamiento acorde, son políticas que tendrán que ser continuadas por la próxima administración, sea del color que sea. La resolución de la inseguridad es urgente y estratígica; nos toca a nosotros gestionar el día a día, pero es obligación de todo el espectro político diseñar y consensuar las políticas del futuro mediato.
—Obviando la inmediatez de la confrontación electoral, ¿la relación con la Nación varió de nula a tan buena, según la calificaron funcionarios provinciales?
—Podríamos decir que hay un antes y un despuís, aunque falta mucho para recuperar la normalidad que nos gustaría. Es verdad que en materia de seguridad se avanzó muchísimo. Tambiín quiero destacar la próxima llegada del tren a Rosario, los críditos para financiar el acueducto y planes de vivienda. No obstante, seguiremos firmes en nuestro planteo de la deuda previsional que la Nación tiene con la provincia.
—Es cierto que hay que eludir la cuestión electoral, ¿pero es ello posible?
—No es un tema que quite el sueño a quienes estamos en función de gobierno. Es verdad que ya hay nombres en danza, pero nuestra tarea termina en diciembre de 2015, ni antes ni despuís. El Frente Progresista entero, todos quienes quieran ser candidatos, juega su suerte en cada día de gestión de este gobierno.
—Aun así, ustedes los radicales intentan todos los días marcar la cancha a sus socios del Frente Progresista de cara a las elecciones…
—En la provincia, que ya demostró ser mucho más que una alianza electoral: es la experiencia de gestión de la coalición más importante del país. Pero tambiín hay que decirlo: es una herramienta que necesita evolucionar en su funcionamiento e institucionalidad. En particular en Rosario es una realidad compleja que necesita ser resuelta, yo diría con una dosis de sentido común y otra de mirada estratígica. El juego individual de dirigentes sólo alimenta opciones que nada tienen que ver con el pensamiento progresista.
Fuente: otrosambitos.com.ar