Cristina, contra el colonialismo al inaugurar el Museo Malvinas

"No me arrepiento de este amor", en la poderosa versión rockera de Ataque 77, comenzó a sonar ayer en la ex Esma, en el instante posterior a que Cristina Fernández de Kirchner concluyera su discurso de inauguración del Museo Malvinas. El de mayor envergadura material y simbólica construido desde 1982 a la actualidad. Derribando algunos pronósticos interesados, la presidenta se mostró junto a su vice, Amado Boudou, y a todo el Gabinete nacional. Y canceló cualquier especulación sobre un hipotítico distanciamiento de su vicepresidente (ver aparte).

Cristina primero recorrió durante 40 minutos el edificio de tres plantas, y de varios miles de metros cuadrados. Se emocionó con las imágenes de las movilizaciones populares del 30 de marzo, 2 de abril y 14 de julio de 1882, tuvo cierto escalofrío cuando le pusieron en sus manos los restos de unas zapatillas de un soldado argentino rescatadas en las islas despuís de la guerra; luego habló pausada y suave por cadena nacional durante 27 minutos, y en el final, recorrió durante unos 15 minutos el perímetro externo del nuevo museo. Donde se abrazó con la militancia, se sacó centenares de fotos, rió y bailó con la música ambiente, que ya no era el tema de la bailantera Gilda, sino otro explosivo hit rockero nacional: "Juguetes perdidos", de los Redonditos de Ricota.

La presidenta evitó revelar cuánto costó el nuevo edificio construido dentro del predio del Museo de la Memoria, ex Esma, de 17 hectáreas. "El costo y los metros cuadrados de íste museo son un dato menor; acá hay costo principal, que son las vidas que quedaron allá, o en el fondo del mar. Aquí no hicimos sólo un edificio, hicimos una construcción histórica y política para terminar con el último vestigio de colonialismo", dijo CFK en el cierre.

El museo, que estará disponible y gratuito al público a partir del próximo sábado, cuenta con una decena de enormes salas: de imágenes sobre las islas (360 grados), de la Plaza de Mayo (las movilizaciones de 1982), de homenaje a la resolución 1.065 y al presidente de entonces, Arturo Illia. Sala para homenajear al primer gobernador isleño, Luis Vernet; a la bandera y, entre muchos otros, al gaucho Rivero.

Cristina habló de "colonialismo militar obsoleto" en referencia a Malvinas, uno de los últimos 17 enclaves del mundo. "Las formas de colonialismo han cambiado, ahora son más sutiles, invisibles. Colonialismo económico y cultural", definió.

En un clima de cierta intimidad, con un centenar de invitados —funcionarios y legisladores, entre otros—, el acto comenzó con el Himno Nacional ejecutado por una banda integrada por diez músicos y la dirección y los teclados en manos de Lito Vitale. La voz la puso el tenor lírico Darío Volontí, ex combatiente de Malvinas y sobreviviente del ARA General Belgrano.

"Los principales problemas que hemos tenido en nuestro país no han sido «por los de afuera», sino «por los de adentro», no de todos, claro", explicó la presidenta, para luego ofrecer un ejemplo reciente: el de los 106 legisladores ingleses que se pronunciaron a favor de la posición argentina contra los fondos buitre. "Reciín ahí nuestros legisladores —oficialistas— consiguieron que una delegación de legisladores de otros partidos los acompañen a Estados Unidos, porque hasta ese momento no nos acompañaba nadie", fustigó.

Claro respaldo

La presidenta volvió a evitar ayer hablar de la situación judicial de Amado Boudou, pero tuvo un claro gesto de respaldo a su vice: en el acto lo ubicó muy cerca de su atril, a menos de un metro y medio y a su derecha, mientras hablaba, en una imagen que la cámara oficial registró varias veces durante la transmisión por cadena nacional.

Fuente: otrosambitos.com.ar